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Me alegro que podamos coincidir que todo queda en el camino, salvo el serio reconocimiento al esfuerzo y al trabajo, que en definitiva, según sus propias palabras, es el único premio para aquellos que no vivimos de la política, como me pasa a mí.

Usted bien sabe que yo no vivo de la política y que he militado en filas del Partido Colorado desde niño, y formalmente desde las elecciones Internas de los partidos políticos del 1984.
Y en todas las ocasiones, desde entonces hasta hoy, me he brindado sin pedir nada, aportando mi esfuerzo y mi dinero, y culminando el ejercicio de mi función pública no solo sin indebidos o inexplicables aumentos de patrimonio, sino todo lo contrario, con el comprobable detrimento del mismo.

En esa elección trabajé con el Prof. Gilberto Acosta Arteta, por su candidatura a la Intendencia, cuando usted defendía al Sr. Benito Stern y con su esfuerzo ayudó a que el Sr. Honorio Barrios Tassano resultara diputado. Se lo recuerdo porque usted confunde algunas fechas, afirmando que yo comencé a trabajar en política en su casa, cosa que no es cierto.

Mi vida política comenzó varios años antes que usted y yo, nos relacionáramos políticamente,
Y recién coincidimos en el apoyo de la candidatura del Dr. Sanguinetti, dejando en todo ese tiempo lo mejor de mi esfuerzo y de mi energía.

Recuerde incluso mi protagonismo cuando en Maldonado, debíamos pelear por un lugar en la lista al Senado del Foro Batllista, discutiendo una y mil veces con los dirigentes de nuestro partido, que fieles a un centralismo que debemos superar, pretendían dejarnos afuera y en base a nuestra tozudez, logramos que usted fuera ubicado en las elecciones del 94, en la lista al Senado en el 7º lugar, como suplente del Arq. Belvisi, quien luego de renunciar, le permitiera ejercer el cargo de Senador de la República. Usted recuerda bien que yo era la persona que en Montevideo daba esta batalla.

En esa ocasión Sr. Sanabria, puse todo mi energía, todo mi entusiasmo, todos mis amigos, y hasta todos mis recursos, que serían pocos para otros, pero muchos para mí. Usted sabe que trabajar en política en cualquier campaña, como lo ha hecho usted y lo hago yo, siempre cuesta miles de dólares. A mí, su campaña a la Intendencia (año 1994) me costó miles de dólares, los que gasté con gusto para ayudar a mi Partido a conquistar la Intendencia. En el acierto o el error, sabe que incluso trabajé los últimos tiempos de la campaña de manera full time, habiendo tomado licencia de mis ocupaciones laborales, dejando de trabajar para mí y mi familia, para trabajar para usted y su loable candidatura.

Recordará incluso, cuando en los primeros días de noviembre de ese año (1994) enfrentado y superado económicamente por un gran candidato como era el Sr. Burgueño del Partido Nacional, y cuando a usted tampoco le quedaba dinero (a veinte días de las elecciones), por el enorme esfuerzo que se había realizado, le ofrecí y le entregué, con gusto, los últimos 1000 dólares, que quedaban en mi flaca caja de ahorro, sin que usted me lo pidiera lógicamente, y lo hice solo por mi afán de contribuir con nuestra causa, que era su candidatura.

Tiempo después le manifesté de manera explicita que entendía que su manera de gestionar la actividad política no era la más conveniente, por lo que advirtiendo que usted se mantenía fiel a lo que entendía mejor, resolví desvincularme de su trabajo político.

Luego, al conocer al Dr. Jorge Batlle mi involucro con el sector de la lista 15, y soy candidato en las elecciones del año 1999. En ella usted y yo nos enfrentamos en términos electorales, cuando usted legítimamente apoyó a nuestro común amigo, el Dr. Alejo Fernández Chavez, quien finalmente salió diputado.

Es evidente que usted, desde hace bastante tiempo, ha estado muy preocupado por lo que dice la gente y sus vecinos sobre su persona, pero ya debía Ud. conocerme y saber que yo no soy de los que se queja detrás del biombo, y da una puñalada trapera. Y si ha pensado eso de mi, yo le comento que lamento, que en tantos años de trabajo a su lado, no me hubiera llegado a conocer profundamente.

Hay pruebas públicas que confirman que cuando lo exigen el bien del Partido y mis principios, no hay suficientes agravios y diferencias, que me obliguen a abandonar el silencio.

Por lo contrario, recordará bien el precio que pagué cuando afirmé en un medio de comunicación, a pocos días de la votación de mi postulación a la presidencia del ex Iname, que creía que existía CORRUPCIÓN en el sistema político, que creía que había gente que se enriquecía con la actividad política y con el TRAFICO DE INFLUENCIAS, aunque por suerte para la República, esos malos ejemplos eran minoría.

Usted debe recordar que a pesar de no acusar a nadie en particular, esa declaración no fue olvidada, y demoraron 9 meses en votar en el Senado, la venia que había provenido del Poder Ejecutivo para que me designasen. Es cierto, que luego de 9 meses de espera usted también votó la venia, desde el cargo de Senador, que logró en las elecciones del 2000.

También es cierto que recurrí a usted cuando luego de los enormes gastos de las elecciones del año 1999, y finalizada la actividad de Gobierno que se dio en el año 2004, le solicité ayuda, pero le recuerdo que en la obtención del crédito que menciona, nada tuvo que ver con Ud., ya que ese préstamo –que honré como honro todas mis obligaciones - se concedió a mi solicitud para pagar las deudas que al igual que la mayoría de los uruguayos, contraje en el contexto de la situación económica que vivió el país, en la crisis del año 2002.

Ese fue un buen ejemplo para todos aquellos que hablan mal de la clase política. Yo siendo parte del gobierno, salí de mi cargo con más deudas que las que tenía al ingresar. Como usted y muchos lo pueden afirmar, en mi caso no se dio la inmoral circunstancia de “enriquecimiento ilícito”, constatado en algunas ocasiones en figuras que han ocupado cargos de la similar responsabilidad que la que a mi me tocó ejercer.

Es cierto que en la ocasión Ud. me hizo un préstamo y recordará que de manera explícita me señaló: “me lo pagas cuando puedas y como puedas…” cosa que por cierto haré apenas mi situación lo permita, porque a mi, para cumplir con un compromiso, me basta la palabra empeñada.

Luego debe recordar que en tiempos sucesivos me invitó a formar parte nuevamente de su grupo político, negándome yo a aceptar esas invitaciones porque yo cumplo mis compromisos políticos con mis compañeros de la lista 15.

En las elecciones internas del 2009, comparecí con una lista que postulaba al Dr. Amorín, mientras usted postulaba al Prof. Luis Antonio Hierro. Recordará que luego de electo el Dr. Bordaberry como candidato único, volvió a invitarme para que lo apoyara políticamente a través de la candidatura de su hijo Francisco cosa que finalmente sucedió, y así terminé gestionando en vuestro beneficio, el apoyo de casi todos los grupos políticos que participaron del Sublema. Justo es decir que en esta coincidencia mucho tuvo que ver el acuerdo producido a nivel nacional entre el Foro y la lista 15, y donde el Dr. José Amorín, amigo nuestro, cumplió un rol importante, para apoyarlo.

En esa ocasión hasta el propio Elinger (que provenía del sector de Benito Stern), y que nada quería saber con su persona, se incorporó a su propuesta, sumándonos todos a la candidatura de su hijo (Daniel Hidalgo, Cesar Pereira, Eduardo Suárez). Sabe Ud. que como siempre que he prometido mi apoyo, lo ha sido en forma ferviente, incondicional y desinteresada, y así fue mi apoyo a esa candidatura.

En ese momento, como en otros, prometió respaldar económicamente esa candidatura, y también las actividades de este sublema en el futuro, llegándose a plantear incluso la candidatura a la Intendencia, del Dr. Eduardo Suárez, amigo nuestro, que en la ocasión, había formado parte de nuestro sublema y que se sumó, a pesar de no ser de su grupo, al trabajo por la candidatura de su hijo Francisco.

Los resultados son conocidos por todos: el Sr. Germán Cardoso obtuvo la banca de diputado, por unos escasos cientos de votos frente a nuestra candidatura. En lo personal sentí y siento que hicimos todo el esfuerzo, y no me caben culpas, ya que observé que todos dimos el máximo de nuestro trabajo.

Es importante mencionar que también en base a su invitación, luego, en las elecciones municipales, continuamos trabajando en su grupo político, habiendo definido entre todos que en ese momento el mejor candidato era el Sr. Eduardo Elinger. Dejamos sin efecto la candidatura del Dr. Suárez, con su lógica aceptación, y formamos fila con Elinger.

En esas circunstancias debe recordar que fui explícitamente a preguntarle a usted, qué rol pretendía que yo jugara, en esas elecciones. Trabajar de manera general para todas las listas del sublema, trabajar para la lista de su sector (la lista 200) o armar una lista independiente. En forma explicita usted me dijo que entendía que lo mejor para todos era que yo sacara nuestra propia lista, cosa que acepté, para trabajar con nuestro grupo de amigos.

Así el Sr. Marcelo Galván, junto a otros amigos, que en las internas estuvieron con Germán Cardoso, participaran del trabajo político, definiendo la utilización de la lista 100100.

En el medio de todo el proceso, para aclarar que usted no es el único que pone dinero en las campañas electorales, le recuerdo que gracias a mis gestiones (directas y en compañía del candidato a Intendente) logré que una importante empresa de la zona nos permitiera organizar una actividad benéfica que según mis cálculos le deberían haber reportado a la campaña no menos de U$S 40.000 (más de 150 números vendidos al valor de U$S 250), a utilizarse entre los tantos gastos que tuvo la última elección.

Dentro de las diferentes coincidencias que logramos, entendimos que todos los grupos (seis) deberían llevar al Sr. Elinger como primer titular, porque como era escasamente probable que lograra ser intendente, de esa manera le asegurábamos, que volvía a la Junta Departamental, a través de la lista mayoritaria.

Es allí cuando a su hijo Francisco se le ocurre ocupar el segundo lugar, también en todas las listas (cosa que no fue aceptado por todos). Nosotros accedimos luego de hablar con él, y le señalamos las condiciones que poníamos para otorgarle ese espacio. Lo que acordamos con su joven hijo, fue que lo llevábamos como segundo titular, antes que mi persona, solamente si él se comprometía a renunciar, para dejarnos ese espacio para trabajar como Ediles Titulares en la Junta.

Usted sabe que Francisco se comprometió conmigo a renunciar a este grupo, y lo sabe bien, ya que conociendo su protagonismo en las decisiones políticas de su sector, personalmente fui a su domicilio para preguntarle que pensaba, ratificando usted ese compromiso, realizando una contundente afirmación para con mi persona cuando dijo:”.. Francisco va a renunciar a tu lista, porque yo quiero que tu seas edil en el próximo período”.

Al respecto le hago saber que si yo no hubiera confiado en su palabra y en la de su hijo, si yo fuera el campeón de la difamación como usted afirma, tenga la absoluta seguridad de que, ante la inminencia de un acuerdo, le habría exigido que firmara un documento, cosa que no sucedió. Así es cierto que no hay nada firmado, porque fue resuelto sobre la base de la confianza política y la ética política entre quienes se presume personas de bien.

Lo que vino luego es conocido; su hijo Francisco resuelve renunciar por la lista 200, la que es público y notorio apoyó en forma casi exclusiva, es desmedro de las otras agrupaciones que acompañaron el sublema “Elinger Intendente”, encabezadas por el Dr. Jorge Curbelo (lista 71), el Sr. Teo Vitancur (lista 815), Dr. Eduardo Suárez (lista 500), el Sr. Daniel Hidalgo, el Sr. Roque Martinelli (lista 109) y la nuestra (lista 100100).

Pese a todo el apoyo dado hacia la lista 200, que se comprueba con la cantidad de minutos comprados en radio y televisión (a pesar de que usted se comprometió a apoyar a todas en su justo término) tanto el Dr. Suárez como nosotros logramos el objetivo, concretando una banca para cada una de nuestras listas.

En concreto Francisco se comprometió a renunciar y usted a hacer que él cumpliera el compromiso. No cumplieron, y eso debí hacerlo público porque yo no miento, y le di la palabra a cientos de amigos de que como consecuencia de ese compromiso, si obteníamos un edil, quien habría de ocupar esa banca sería yo.

Por cierto que en estos años de relación usted no logró conocerme, e imagino que nunca soñó que yo habría de reclamarles el cumplimiento de este acuerdo. Y se lo reclamé públicamente luego de hacerlo en forma privada, porque no estoy dispuesto a hacerme cómplice de una manera inadecuada de hacer política, utilizando a los compañeros para beneficios propios, y luego, sin explicaciones, incumplir los acuerdos.

Comprendo su molestia y enojo, que solo se origina en nuestro reclamo a usted y a su hijo Francisco que cumplan lo acordado, pero deberá entender que esto nada tiene que ver con la politiquería barata que menciona. ¿Qué pretendía?. ¿Qué luego de haber trabajado durante meses como a usted le consta, nos quedáramos callados la boca, advirtiendo el avasallamiento de nuestra buena fe y de legítimas y acordadas aspiraciones?

Para finalizar le comento, ya que usted está tan preocupado por el dinero, que la dilatoria en el pago a su persona, es la misma que me motivó a solicitarle ayuda: reclamar vuestra memoria en relación a los miles de dólares que yo gasté para que usted fuera una vez diputado y otra vez senador. Por cierto que en esos tiempos usted debe haber cobrado el sueldo que traducido en cifras son no menos de U$S 480.000 (cuatro mil dólares por mes durante 120 meses, sin contar los gastos de secretaria y diarios). Usted habrá llegado muy lejos en términos personales y económicos, y lo felicito, pero en lo político debe recordar que ha llegado donde llegó gracias al esfuerzo, el sudor y el apoyo de muchos hombres y mujeres que como yo, confiamos en usted.

Pero en esto tiene razón: las deudas deben pagarse siempre, y todos saben que siempre he honrado mis compromisos. Por lo que ante su urgencia, le comunico públicamente mi compromiso a saldar la misma en el menor tiempo posible.

Ahora si le pediré algo encarecidamente: no se haga eco de los “cuentos de sus vecinos”. No me subestime ni me ofenda. No soy el tipo de personas que manda decir las cosas, o habla por detrás. Es más, soy el tipo de personas, que ha aprendido que si no puede decir algo positivo sobre una persona, es mejor callarse la boca. Y deploro el desagradecimiento, por lo que procuro siempre no incurrir en ese error. Ahora eso no quita que no deba reclamar lo que entiendo es justo.

Yo no tuve ni tengo adversarios personales, siempre he tenido diferencias en el mundo de las ideas. Para mí los enemigos son los problemas de la gente; eso es lo que aprendí con mis mayores.

Si tengo en algún momento una diferencia con usted, tenga la seguridad que no se va a enterar por su vecino. Aunque usted no lo crea no han sido pocas las dificultades cuando en tantas ocasiones he procurado fundamentar el trabajo esforzado que creo usted ha realizado siempre por nuestro partido.

También le pido que, así como yo no me meto en su vida personal ni económica, le agradezco que no sugiera cosas que no son ciertas. Para su tranquilidad le doy la seguridad de que siempre cumplo con mis compromisos, aunque pueda costarme porque no soy una persona de enormes competencias y habilidades económicas; todas mis deudas y las deudas contraídas con los Bancos a raíz de los aportes a las campañas políticas, están siendo honradas como cualquier ciudadano de bien, con sacrificio mes a mes.

Tampoco ofenda ni subestime por favor a mis amigos, que conservo, y atesoro, y por cierto que son más que mi hermana, la que me ha apoyado siempre políticamente. Conservo un grupo de compañeros que me aprecian y a quienes aprecio, que fíjese usted, las vueltas de la vida, a pesar de sus comentarios negativos, todos ellos en las últimas elecciones lo estuvieron ayudando, como jefe de campaña y a su hijo Francisco, a que llegara a la Junta como Edil Departamental.

Esta diferencia, por si no lo sabe, ya está en el seno del partido, concretamente en la Comisión de Etica que está analizando este episodio. Soy una persona disciplinada que conozco que las diferencias políticas, si no se resuelven en el terreno del diálogo personal, que intenté y no pudo lograrse, se resuelven dentro de nuestra colectividad, a la que todos siempre nos sometemos.

Entonces lo del principio, nadie llega a ningún lugar completamente solo. Usted me ha apoyado en alguna ocasión, pero yo lo he ayudado a usted muchísimo, durante muchísimos años. Nuestras diferencias actuales, que son políticas, estriban, en que yo le estoy reclamando lo que usted debe políticamente y no quiere reconocer.

También, le diré algo y espero que me crea, yo NUNCA INVOLUCRÉ NI INVOLUCRARÉ A SU VIDA PRIVADA O A SU FAMILIA, en función de nuestras diferencias políticas. No soy ni juez, ni fiscal, y menos de mis propios compañeros.

No lo hice ni lo haré porque como usted estoy preparado para enfrentar los sinsabores que esta vocación conlleva, pero sé lo que sufren nuestras familias, y la vergüenza que sienten, por las ofensas que recibimos, muchas veces en forma gratuita y completamente injusta, por estar expuestos a la consideración pública. Nosotros podemos y debemos tolerar esas injusticias, pero nuestros hijos y nuestras esposas no. Tenga la seguridad Sr. Sanabria que para mi su familia es sagrada, tan sagrada como la mía.

Lic. Martín Marzano Luissi.