Reuters
Reuters

BENDITA ENTRE TODOS LOS HOMBRES. La primera ministra británica Theresa May aparece en solitario y así quedó sin apoyo frente a todos los hombres que participaron de la cumbre europea de esta semana en Salzburgo, que ha rechazado los ruegos de la primera ministra, de pactar un Brexit blando y los Veintisiete se han negado a prolongar una negociación que, según el calendario fijado por Bruselas, debe concluir en octubre.

La cita en la ciudad austriaca ha colocado a Londres ante el abismo de un Brexit sin acuerdo de devastadoras consecuencias para la economía británica. Y deja a la primera ministra ante la tesitura de rehacer unas propuestas que ya le costaron una crisis de gobierno o arrojar la toalla y dejar que decidan las urnas.

La tremenda presión sobre Reino Unido incluso ha avivado la posibilidad de un segundo referéndum que zanje la profunda brecha abierta en la sociedad británica por la consulta de junio de 2016. La hipótesis circula desde hace meses en los pasillos comunitarios. Pero ha estallado a la luz del día durante las calurosas jornadas en Salzburgo.

May llegó a la cumbre con una suerte de ultimátum para obligar a los europeos a aceptar su plan de salida, conocido como Chequers. Y aireó una campaña para responsabilizar a la UE de un posible descarrilamiento de las negociaciones que aboque a una Brexit brutal el próximo 29 de marzo. Pero el órdago ha tenido un efecto bumerán y ha dejado a May en una delicadísima posición a solo unas semanas del Congreso de su partido en el que se jugará el liderazgo de los conservadores. (El País, Madrid)

Lo más visto