Andres Leighton/AP
Andres Leighton/AP

DE NUNCA ACABAR. Un fin de semana de violencia en Estados Unidos. Un atentado en un WalMart en El Paso, Texas, dejó veinte personas muertas e hirió a decenas el sábado. Las autoridades estadounidenses están tomando el tiroteo de Texas como un caso de terrorismo interno.
Un funcionario federal dijo que el manifiesto antiinmigrante publicado en línea una hora y media antes del ataque fue escrito por el sospechoso, un joven blanco de 21 años que había tenido encuentros previos con la policía y que escribió: “En general, apoyo al tirador de Christchurch y su manifiesto. Este ataque es una respuesta a la invasión hispana de Texas”.

Jaime Esparza, fiscal de distrito de El Paso, dijo que su oficina pediría la pena de muerte para el atacante: “Somos una comunidad buena y amorosa, pero lo haremos responsable”, dijo Esparza.

Del otro lado de la frontera, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador indicó que considera al autor del tiroteo un terrorista y que tomará medidas de acuerdo con el derecho internacional. El canciller de México confirmó que siete mexicanos murieron en el ataque del centro comercial de El Paso, una localidad que ha estado en el centro de los reflectores por la crisis de migración en la frontera.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha hecho del control fronterizo y migratorio una de las prioridades de su gobierno y a menudo ha usado retórica antiinmigrante y racista para promover su agenda política.

Menos de veinticuatro horas después del ataque de El Paso, un hombre armado mató a nueve personas e hirió a veintisiete en Dayton, Ohio. Este año se han registrado en Estados Unidos al menos 32 tiroteos masivos (definidos como eventos con tres o más víctimas mortales).

Después del tiroteo en El Paso, Richard Wiles, alguacil del condado, escribió en Facebook: “Este hombre anglo vino aquí para matar hispanos. Estoy indignado y ustedes también deberían estarlo. Toda esta nación debería estar indignada”. (NYT)

Lo más visto