EFE
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PAPA NOEL POLITICO. "Es que soy Papá Noel", responde a Efe Chris Kringle, un ingeniero informático de Washington que trae a la manifestación una lista de "niños malos" para esta navidad. En ella están, por su puesto, Donald Trump, el vicepresidente, Mike Pence, el líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, y el también senador republicano Lindsey Graham.

"Básicamente, podríamos poner a todo el partido republicano y estaría contento con esta lista", dice sarcásticamente mientras se toca su larga y gris barba este Santa Claus.

Kringle no es el único que ha acudido disfrazado a la concentración: a pocos pasos de él, una madre con sus dos hijos luce una careta del expresidente Richard Nixon (1969-1974), quien dimitió para no tener que enfrentarse a un juicio político en el Senado.

Mientras, tras el escenario, una mujer vestida de unicornio color arcoiris esgrime una pancarta en la que pide que se juzgue al presidente.

El presidente estadounidense Donald Trump se convirtió esta semana en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en enfrentar un juicio político.

Los legisladores de la Cámara de Representantes del Congreso de ese país lo acusan de ejercer presión sobre Ucrania para obtener beneficios políticos personales y de intentar obstruir las investigaciones que el órgano llevaba a cabo.

Casi todos los miembros del Congreso votaron en conformidad con los lineamientos de sus partidos. La excepción fueron dos demócratas que votaron en contra de la primera acusación y tres que se opusieron a la segunda.

Se requieren dos tercios de los votos en el Senado estadounidense para separar al presidente de su cargo.

El Partido Republicano controla 53 de los 100 escaños y, para ganar, los demócratas necesitarían que al menos 67 senadores votaran por la destitución del presidente.

Esto significa que, además de los 45 votos de su propio partido y el apoyo de dos independientes, el Partido Demócrata necesita que 20 republicanos cambien de bando.

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