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DUELO 2. La muerte del policía Carlos Adrián De los Santos causó una enorme congoja no solo en su familia y compañeros sino en toda la ciudadanía. Murió en el cumplimiento de su deber, como un policía. Cientos de personas se congregaron en la plaza San Fernando para tributarle ese reconocimiento que el ministerio del Interior no cumplió. Muchos llegaron con una vela que encendieron y entregaron como tributo a esa vida perdida en defensa de la sociedad. Esa muerte injusta no fue en vano como tampoco ha sido la de otros policías caídos en la lucha contra la delincuencia y que sirva para que las autoridades, de una vez por todas, respalden al policía y logren mejorar las medidas y las leyes en esta lucha frontal que hay que comenzar a dar de una buena vez. QEPD

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