EFE/BBC
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TOQUE DE QUEDA. Por sexto día consecutivo las protestas, los toques de queda, los saqueos y la ira sacuden a Estados Unidos. De un extremo a otro: de Nueva York a Los Ángeles, de Florida a Seattle. Más de 40 ciudades de EE.UU con toque de queda para frenar la violencia desenfrenada. Hasta la Casa Blanca está sometida a las protestas violentas como lo muestra la foto e incluso el presidente Donald Trump debió ser llevado el domingo al bunker de seguridad por si los desborden llegaban hasta la propia casa. La contundentes declaraciones del presidente de EE.UU, Donald Trump, para contener los disturbios de estos días en el país no causaron mella en la Gran Manzana y el primer toque de queda en Nueva York en 77 años fue recibido con una nueva noche de caos, violencia, detenciones y saqueos, sobre todo en tiendas y establecimientos de Manhattan.

Las manifestaciones, que comenzaron inicialmente en Minneapolis luego de que George Floyd, un afroestadounidense de 46 años, muriera después de que un policía le presionara el cuello con la rodilla durante más de 8 minutos, se han extendido por más de 75 ciudades de todo el país.

A lo largo de casi una semana, las marchas en protesta por la brutalidad policial contra los afroamericanos han continuado tornándose en enfrentamientos con la policía, quema de autos y actos violentos.

Para tratar de contener la situación, las autoridades locales decretaron toques de queda en más de 40 ciudades y en 15 estados desplegaron la Guardia Nacional, la fuerza militar de reserva que EE.UU. usa para situaciones de emergencia.

Según le aseguró a la BBC Darnell Hunt, profesor de sociología y estudios afroamericanos en la Universidad de California en Los Ángeles, los disturbios de esta semana en Estados Unidos son los más graves que se reportan en el país desde 1968, cuando Martin Luther King Jr. fue asesinado.

Trump les dijo a los gobernadores en una videoconferencia este lunes que "si no se imponen, estarán perdiendo el tiempo" y que "los van a atropellar, van a parecer un montón de idiotas". La Casa Blanca dijo que sus palabras están sacadas de contexto.

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