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Amado, que ya abordó en sus obras anteriores temas “polémicos” para la sociedad uruguaya, como la masonería o el poder militar, dijo a FM GENTE que este también es un asunto “incómodo”, donde también hay siempre “un halo de misterio. También lo cruza, en cierta forma, el poder”, admitió.

Manifestó que, si bien como actor político y como ciudadano, es partidario de la diversidad y de la agenda de derechos, planteó la investigación con objetividad, basado en la información y en los hechos.

Respecto a los cambios y avances, aclaró que “en el libro queda claro que los logros no son sólo de las últimas décadas... Es una acumulación histórica de un movimiento en silencio, que después empezó a hacerse más visible y más protagónico. Pero fue de a poco que se fue saliendo del closet y armando organizaciones para poder luchar por los derechos”.

De todas formas, reconoció que hoy la realidad es muy distinta en esta materia. Dijo que, desde 1980 hasta ahora, “el paisaje urbano” es “totalmente distinto. La homosexualidad, la diversidad, las distintas orientaciones sexuales opciones de enero se ven hoy con absoluta naturalidad. Uno ve las parejas y un comportamiento ciudadano totalmente distinto al que veía hace 10, 15 o 20 años. Y eso tiene un cimiento que viene de muchos años, que se profundizo sí en los últimos años”.

Destacó que en Uruguay “somos un poco conservadores, por decir lo menos. Nos cuestan los cambios… Y esa ‘amortiguación a los cambios’ es a la uruguaya. Es de a poco. No son con políticas de shock”.

Amado sostuvo que esta situación ha sido “un calvario para cientos de miles de uruguayos. Por suerte, de a poco, se ha ido avanzando”. De todas maneras, dijo que este es uno de los temas de la sociedad “atravesado por la doble moral, el doble discurso, la hipocresía”.

“Hay un cambio, que es positivo”, pero esto no quiere decir “que haya una victoria final. Para mí no tendría que ser un dato relevante la orientación sexual o condición de género… Pero hay un tercer paso que la sociedad todavía ha dado, que va a llevar mucho más tiempo, y ojalá que lo logremos… Hoy convivimos con un pacto de hipocresía de lo políticamente correcto”.

Agregó que, si bien no hay discriminación expresa, “está lleno de gente” que, en un marco de confianza, dice: “Esto es demasiado, es la dictadura de los gay, de la minoría… Yo por qué tengo que ver a dos hombres y a dos mujeres de la mano”, apuntó. “Saben que no lo pueden decir públicamente”, aunque “lo piensan y lo sienten”, precisó.