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Se recordó que el propio presidente Luis Lacalle Pou había puesto énfasis en que dicho reinicio sería fundamentalmente en escuelas pertenecientes a departamentos sin Coronavirus y ese no es el caso de Maldonado.

No obstante el trabajo es arduo y lo que parece una aparente quietud en el nivel escolar encierra un enorme esfuerzo por parte de docentes, familias y los propios niños. Desde el 19 de marzo se implementó un sistema mixto de atención a necesidades de cobertura de alimentación en las escuelas.

Por un lado un sistema de bandejas donde hay 8 escuelas, en las que se reparten las viandas compradas por el maestro director a proveedores locales habilitados, con una cobertura total de 271 bandejas. Todo seguido de cerca por la orientación de nutricionistas que marcan cuales pueden ser esos posibles menú, que dentro del protocolo ya son denominados como de emergencia y que son necesarios en tiempos fuera de esta situación cuando por ejemplo existen situaciones que marcan que no se puede preparar el menú tradicional.

Escuelas urbanas, principalmente de la zona Oeste, Aiguá y Balneario Buenos Aires están bajo éste régimen. El resto de las escuelas urbanas están siendo atendidas en 14 sedes (escuelas donde se nuclean escuelas cercanas) y por medio de una empresa instalada en Maldonado y que elabora ya la alimentación para alumnos de cuatro centros cuando los cursos son normales.

Dicha empresa cocina en dos escuelas y desde allí se hace la distribución a las escuelas de la ciudad de Maldonado, Pan de Azúcar y San Carlos. Con este sistema se cubren 1733 bandejas, en cifras actualizadas al próximo martes. Todos los lunes se actualiza la lista de espera, si durante la semana una familia necesita el servicio se dirige a la escuela y el alumno es ingresado, se reporta al programa de alimentación escolar y esos niños empiezan a recibir la vianda, por ende el numero es dinámico y varía en cada semana.

Según datos aportados desde la Inspección, también se incorporaron las necesidades de alumnos de escuelas rurales (51 alumnos aproximadamente) incluidas las escuelas 14 y 17 que recorren distancias muy importantes en zonas de Cerros Azules y que concurren a esos centros escolares. Cubierto la necesidad básica de la alimentación, la escuela también ha incursionado en un cambio significativo, obligada por la circunstancia.

"Se ha establecido un trabajo, un vínculo, que ha pasado por distintas fases. Al inicio debíamos establecer vínculos con la familia, y para eso se habilitaron distintos medios, grupos de WhatsApp, grupo cerrados de Facebook, a través de las Ceibalitas, trabajos en plataforma Crea, entre otros, contando con una excelente e inmediata respuesta de los docentes", explicó la Inspectora Departamental, quien destacó el trabajo que se viene realizando.

"El menudo desafío en que nos pone esta situación, es en rediseñar y pensar la escuela desde la gestión de la virtualidad. Puedo decir con total propiedad que he visto cientos de actividades de docentes, me consta las distintas propuestas que los colectivos han encontrado para llegar a las familias. En nombre de la Inspección Departamental hago un agradecimiento y reconocimiento porque el colectivo docente del departamento dijo, aquí estamos", concluyó.


Fuente y foto: Semanario Realidad.