“El Buñuelo” vendía droga a través de un agujero en la pared para que no lo vieran, según la fiscal
Interés General 09:00

“El Buñuelo” vendía droga a través de un agujero en la pared para que no lo vieran, según la fiscal

Según la fiscal Patricia Rodríguez, “El Buñuelo” vendía la droga a través de un agujero hecho en la pared, que impedía a los compradores ver a quien se las suministraba. La sustancia, al igual que las ganancias, era enterrada “estratégicamente” en el predio de su familia, de acuerdo lo que consta en el escrito que presentó ante el juez de la causa. El documento revela diversos detalles de “la operativa”.

En la nota, Rodríguez explica que “el pasado diez de abril se realizó denuncia anónima que dio cuenta que en la calle xxxxx, se estarían desarrollando actividades vinculadas a la negociación de estupefacientes. En particular se dio cuenta que el Sr. C, alias “B” es quien opera como ‘titular´ del lugar en el que específicamente en esa cuadra se negociaría la sustancia. En ese punto de la ciudad residen varios integrantes de la Familia C en una misma cuadra; entre otros; su madre y al menos dos hermanos”.

Indica que, “a raíz de la denuncia, se inició una investigación que incluyó la recepción de testimonios de personas con identidad reservada. En particular, se dio cuenta, a través de los mismos, que desde hace un tiempo, el Sr. C se dedica a negociar estupefacientes. En una de las viviendas que se encuentra en la calle xxxx, que tiene dos plantas, con acceso independiente entre ellas, en forma diaria y continua se comercializa marihuana, cocaína, y ‘merca cocinada. La sustancia se vende a razón de $50 una piedrita de marihuana, $100 la dosis de merca cocinada y $500 el gramo de cocaína”.

“Los consumidores, tras pasar una malla sombra existente al frente de la planta baja, requieren la sustancia que desean adquirir, la que les es entregada a través de un agujero en la pared, acondicionado a tales efectos. El mismo es de escasas dimensiones y se encuentra a una altura que no necesariamente implica que el consumidor visualice a quien le está entregando la sustancia. Del otro lado, sentado en una silla se encuentra el proveedor. En la pared lateral y contigua a esta hay otro agujero de mayores dimensiones que opera de igual manera”, señala.

También dice que “tanto la sustancia como las ganancias obtenidas con la comercialización son estratégicamente escondidas en los fondos de las viviendas de la familia (a escasa distancia de la vivienda de C), luego de ser enterradas en la tierra del predio. En efecto, al fondo de la vivienda antes referida, en allanamiento realizado el día de ayer se ubicaron tres palas con rastros de tierra húmeda y pasto, lo que indica que estas habían sido utilizadas en forma reciente. Asimismo, en el predio se encontraron pozos en la tierra, aproximadamente siete, que cuentan iguales características y dimensiones (no más de veinte centímetros de diámetro); del mismo modo, se ubicaron tres pozos de mayores dimensiones. A raíz de ello, se procedió a trabajar con el perro del plantel de Narcóticos, el cual detecta y da aviso de la existencia de algo en una zona ubicada aproximadamente a cuarenta metros de la vivienda de C, y a una distancia aún más próxima del lugar reseñado como lugar de venta”.

Apunta, además, que “personal policial se dispuso a remover superficialmente la tierra y se pudo divisar un gran frasco de vidrio transparente con tapa plástica de color marrón, similar a los de café. En su interior se visualizó una cantidad importante de envoltorios y dinero (monedas); a pocos centímetros y en el mismo orificio, se ubicó un bolso deportivo de color celeste con asas azules y logo de VISA el que contenía en su interior un frasco de idénticas características al ya hallado; del mismo modo, tenía en su interior, dos bolsas de nylon que contenían con envoltorios; fuera del frasco pero adentro del bolso, se ubicaron veintiocho mil novecientos ochenta y un pesos en billetes de baja denominación y un dólar americano. Se contabilizaron los envoltorios contenidos en los dos frascos los que arrojaron como total la suma de cuatrocientos cuarenta y ocho dosis, con un peso total de ciento cuarenta y dos gramos. La sustancia fue sometida al correspondiente reactivo de campo y arrojó como resultado positivo a clrohidrato de cocaína”.

“Asimismo, se pudo establecer a través de los testimonios recogidos, que quien organiza y dispone de la sustancia es C. Para ello, cuenta con el apoyo de colaboradores o empleados (“perros”), que a toda hora merodean el ingreso a la zona donde reside C y sus familias, y particularmente en el lugar donde se comercializa la sustancia, zona especialmente acondicionada con lonas al frente, para evitar su visualización desde la calle”, agrega la fiscal.

“En relación al Sr. C, el mismo ha dicho recibe una pensión del BPS que asciende a la suma de diez mil pesos mensuales y que trabaja en un carro tirado por caballos, cargando arena o realizando fletes. Sin embargo, en la diligencia realizada el día de ayer, no se ubicaron ni carros ni animales ni cartelería que difundiera sus servicios; sí se ubicaron tres vehículos, de los que ya se había obtenido información son de su uso cotidiano y diario. En concreto, se incautaron los vehículos marca Volkswagen, modelo Bora, matrícula xxxx; un vehículo marca Hyundai modelo coupé, matrícula xxxx y un Chery modelo QQ, matrícula xxxx. Asimismo, se incautó una moto marca Yamaha TZR matrícula xxxxx. Dentro del vehículo Volkswagen se incautaron además, tres teléfonos celulares. La investigación realizada por la Fiscalía ha permitido concluir, en forma provisoria, que el Sr. C se dedica a la negociación de sustancias estupefacientes”, afirma la representante del Ministerio Público, en su nota al magistrado.

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