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“Llegamos a Uruguay el 6 de febrero... Pasamos por Montevideo y no està bueno para quedarse. Nos habían dicho que para el interior aparecía ‘laburo’. Y nos vinimos para acá”, narró.

“La economía de nosotros no es muy buena y por eso nos vinimos. Somos de Cienfuegos. Algunos compañeros nos habían dicho que había trabajo, que se ganaba bien y se podían tramitar los papeles”, destacó.

Informó que ingresaron por el Chuy y que ya tienen cédula, porque les aceptaron la visa. Estamos esperando la residencia…Pero estamos tratando de sobrevivir. Està muy complejo, porque no hay casi ‘laburo”, señaló. Explicó que el grupo hay un técnico veterinario y otro especializado en electricidad automotriz.

Tras pasar por Canelones, “ayer estuvimos en Maldonado y Punta del Este, buscando un trabajo permanente. Porque nos hemos manejado con changas hasta ahora. Tenemos familia en Cuba y la tenemos que ayudar”, agregó.

“Yo tengo una mujer y un hijo de tres años y me los quiero traer”, confesó.

No obstante, señaló que cuando llegaron aquí se dieron cuenta que “la realidad era otra. Uruguay es un país muy chico y se ha transformado ahora en un país de inmigrantes… Tuvimos que cambiar el objetivo que teníamos”, ya que se nota la falta de fuentes laborales, añadió.