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El especialista dijo que, con lo que se prevé en la Rendición de Cuentas y con el proyecto de convergencia en materia de transparencia, según lo que reclama la OCDE, se viene una especie de “ciclón”, pero ahora en el área tributaria.

“En la Rendición de Cuentas, como punto relevante para la empresas está el comienzo de la tributación de la utilidades fictas… Hasta ahora las empresas están gravadas con un 25% del Impuesto a la Renta y cuando el accionista retira las utilidades se agrega una tributación del 7%, que es el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, de los no residentes”.

“A partir de este cambio, previsto en la rendición de Cuentas, no va a ser necesario que el accionista lo retire. Se va a ser tributar a la utilidad ficta, aún cuando el accionista no lo retire”, explicó.

“Y se van a calcular las utilidades que no se retiraron desde el año 2007. Eso las empresas lo van a tener que cuantificar”, añadió.

Sobre la eventual “retroactividad”, y las criticas que ello genera, señaló que “se ha dicho que este es un nuevo impuesto, que no va hacia el pasado, sino que empieza a gravar de aquí en más lo acumulado”. No obstante, señaló que entiende, desde el punto de vista técnico, que debería gravarse la acumulación de las ganancias “desde ahora, desde la vigencia de la norma, no antes. No hacia atrás”.

Destacó que esta discusión podría llevarse “a la Suprema Corte de Justicia” por parte de algunas empresas, aunque la corporación “ha sido reticente a considerar la retroactividad de la ley tributaria… Pero en este caso creo que hay argumentos sólidos para impugnar la constitucionalidad de esta norma”.

Respecto al impacto que puede tener esto a nivel de la empresa o inversores, dijo que “sin duda es un cambio de reglas. El comentario no va a ser favorable, va a ser crítico. Es un cambio de reglas que aumenta la tributación y de alguna manera va hacia el pasado”.

Gutiérrez dijo que también hay novedades para las empresas unipersonales. “También van a estar gravadas las utilidades”, pero solo en el caso de aquella “que superen un alto monto de ingresos brutos. Estimo que no va a ser tanto el impacto. Esas empresas van a pasar a pagar un 7%, que antes no pagaban. Pero las que no lleguen a ese momento van a seguir tributando como hasta ahora”, añadió.

Subrayó que “también hay un cambio grande” en materia del IRPF para los trabajadores. “Hay un aumento en las tasas y hay también una limitación de las deducciones. Por ejemplo, las familias que superen los 50 o 60 mil pesos de ingresos y que tengan dos hijos van a pasar a pagar mucho más que lo que venían pagando. En porcentajes altos. Un 30, 40% o un 50%, depende de la remuneraciones”, señaló.

Manifestó que la norma, al limitar las deducciones por hijos desde enero, “no reconoce las cargas familiares”. Consideró que este aspecto también podría ser atacado por inconstitucional, por no respetar la capacidad contributiva de las familias.