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J.O.P. (iniciales de nombre y apellidos) había generado un negocio en Punta del Este: robar garrafas para gas de 13 kilos, y venderlas rápidamente.

Para ello había encontrado a un socio, C.G.R., también mayor de edad. Ambos carecían de antecedentes penales. C.G.R. le compraba a J.O.P. las garrafas que robaba, y se encargaba de comercializarlas.

El negocio había alcanzado cierto vuelo, al punto que había despertado la preocupación de la brigada de Hurtos de la Seccional 10ª de policía, que tiene jurisdicción en Punta del Este, por el volumen y constancia de las denuncias que llegaban.

Mientras el personal de Hurtos de la 10ª investigaba, el pasado viernes 3 de julio, llegó un llamado al 911 avisando en la Parada 8 de avenida Francia un vecino había visto a un desconocido entrar en un chalet del lugar.

La mesa central de operaciones decidió que fuera al lugar el personal de Hurtos de la 10ª. Cuando llegaron lograron interceptar el paso a un hombre cuya apariencia física y vestimenta coincidía plenamente con el desconocido denunciado por el vecino.

Le detuvieron y marcharon con él a la comisaría. Era J.O.P. Se reunieron los testimonios tomados de otros robos, tanto de vecinos como damnificados, y todo apuntaba al detenido.

En los interrogatorios, J.O.P. no sólo terminó admitiendo la cadena de robo de garrafas, sino que entregó los datos para que su socio C.G.R. fuera aprehendido, también.

Avisado Penal de 2º turno, la jueza subrogante dispuso en las últimas horas el procesamiento de J.O.P. como autor de dos delitos de hurto, uno de ellos en grado de tentativa, en reiteración real.

Pese a que el acusado carecía de antecedentes, la magistrada entendió que la gravedad de lo hecho merecía que cumpliera con prisión preventiva, en la que se ya se encuentra y permanecerá allí hasta que la actual instancia del proceso sea completada.

La jueza dictó también el procesamiento de C.G.R. como autor de un delito continuado de receptación, que castiga a quien recibe bienes de dudosa o mala procedencia para sacarles un provecho, propio o para un tercero.

En este caso, la magistrada dispuso que el acusado C.G.R. no fuera a prisión de inmediato, y no se informa de que le haya aplicado medida alternativa alguna.

La decisión de la jueza en este caso subraya la menor gravedad del delito de receptación respecto del hurto, razón por la cual muchas personas procuran evitar el procesamiento por hurto o robo, alegando que compró o recibió el bien de un desconocido, procurando ser procesados por receptación.