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Yanes dijo a FM GENTE que su proyecto de ley apunta a que quienes estén pasados de peso puedan llegar a un nivel de salud correcto, pero “cosa distinta es el tema de la altura que no lo podemos resolver”. Explicó que el empleador, tanto público como privado, al momento de hacer un llamado, debe “explicar científicamente el porque” de algunas condiciones que tienen que ver con la estatura, el peso y en general con la complexión física. “No puede ser caprichoso. Si a mi me dicen que es para hacer zanjas para Antel, y que una persona que pesa 120 kilos no va a entrar en la zanja, está bien, porque la zanja mide 50 centímetros y la cintura del tipo no le permite meterse a escarbar. Entonces yo lo único que pido, reconociendo que para algunos trabajos de repente el físico es algo determinante, que haya un fundamento científico, técnico, respetuoso y explicado”.
El legislador hizo referencia a varios casos, incluso uno dado en Maldonado años atrás, cuando en la dirección municipal de Tránsito trabajaba el técnico Lucas Faccelo. Yanes recordó que hubo un llamado para inspectores de tránsito que debían medir más de 1,70 metros de estatura, con el argumento de que era necesario que pudieran poder ver por encima de un automóvil, el o los otros que vinieran detrás. El legislador se preguntó entonces qué pasaría si esos inspectores tuvieran que controlan ómnibus de dos pisos. También se refirió a los espacios en las unidades de transporte que son cada vez más pequeños para lograr un mayor aprovechamiento, y hasta hizo referencia a la escasez de plataformas especiales para ascender a las unidades con sillas de ruedas, aunque reconoció que en este aspecto hay avances.
Insistió en que lo importante es instalar estos temas en la discusión pública, “haciendo reflexionar, generando el debate sobre los derechos de las personas”.
Dijo que su propuesta tiene algunas similitudes con otro proyecto del diputado Jorge Possi, que tiene que ver con los problemas de acceso al trabajo de personas mayores de determinada edad. El mismo pretende incentivar a las empresas a contratar personas mayores de 40 años. “Ahí tenemos otra punta; primero resolver el momento, pero también es un tema cultural, porque en las sociedades más avanzadas, los ancianos tenían un lugar de privilegio, ¿porqué?, por su sabiduría; eran los consejeros, los que podían dar elementos para optimizar las cuestiones”. Finalmente agregó que más allá de lo cultural, hay en Uruguay una responsabilidad del Estado y de la comunidad en todos estos asuntos.
Redactado: R.A.