Investigan denuncia de "trabajo esclavo" en un hotel boutique de Punta del Este
Interés General 08:00

Investigan denuncia de "trabajo esclavo" en un hotel boutique de Punta del Este

Un empresario brasileño, dueño de un hotel boutique en una zona top de Punta del Este, mantenía en condiciones de semiesclavitud a su esposa y a su suegra, confirmó hoy a FM GENTE el abogado de las dos mujeres, Martín Etcheverry. (Actualizado hora 11)

El profesional dijo que “este es un tema que está enmarcado dentro de lo que es la violencia doméstica y tiene algunos ribetes penales que seguramente van a ser investigados. La Justicia de Familia mandó remitir la copia de las actuaciones a la Justicia Penal”.

SITUACIÓN DE “SEMIESCLAVITUD”

“Es una situación que yo mismo la califique como de ‘semiesclavitud’, donde este hombre, de características muy dominantes, fue apropiándose de la empresa de la señora. Y fue actuando en forma cada vez más agresiva y más amenazante hasta conseguir que estas personas trabajaran prácticamente las 24 horas del día. Y presentaba a la dueña del hotel como empleada… La hacía cambiar de uniforme: de mañana como mucama, después como moza para llevar los desayunos, más tarde de portera… Trabajaba desde que se despertaba el primer cliente del hotel hasta que se acostaba el último”, señaló.

Etcheverry agregó que la suegra, una persona más mayor, “estaba a cargo de todo lo que era el lavado y planchado de la ropa de la familia, de los empleados y de los huéspedes del hotel. Y durante la noche, asistiendo en portería. También, desde que se despertaba el primer huésped hasta que se acostaba el último, sin horario”.

Informó que este hotel hace 7 u 8 años que está funcionando. “Y siempre en las mismas condiciones. Al principio tenían alguna participación en la empresa, hasta que últimamente la comida era pagada con la jubilación de la suegra y algún sueldo que percibía la hija”, sostuvo.

El abogado destacó el operativo policial que se realizó el sábado, en forma sorpresiva y con todas las precauciones del caso. “Movilizaron a estas dos personas –el empresario y otro hombre que lo acompañaba- sin ningún riesgo de que utilizaran armas”, apuntò.

“Tenía dos armas este hombre. Una en la mesa de luz, a nombre de la señora, cargada y con unos guantes para no dejar huellas, si la usaba. Además, tenía una segunda arma escondida en el placar y había sugerido que la iba a colocar en la mano de otra persona que tuviera que matar, para alegar una supuesta legítima defensa. Ese era el esquema de terror que se vivía dentro de la casa”.

Añadió que la esposa fue amenazada al menos una vez con el revolver en la cabeza por el empresario.

“Luego lo vi en la audiencia. Sé que es de Brasil, pero no sé de qué parte”, agregó.

Consideró que el hecho de que tuviera armas sin autorización “ya es una infracción a la ley penal… Después se verán las denuncias de amanazas con armas de fuego, la violencia física que hubo… Lo que pasa es que es una situación de encierro, como estaban estas mujeres, era difícil tener pruebas. Solo algunos fami liares enteraron de algo de lo que estaba pasando”, explicó.

“Creo que ni en la películas vi algo parecido a lo que me narran”, comentó.

OTROS DETALLES

La denuncia realizada por las mujeres fue presentada el viernes 10 por Etcheverry y su socio, Daniel Burgos. En el escrito se pedían medidas urgentes de protección para las dos mujeres -en el hotel también vive la hija del matrimonio, quien también sufrió situaciones de maltratos-. En el establecimiento se encontraban el empresario y otro hombre, armados, dijo Etcheverry.

En el juzgado trascendió una foto, supuestamente del empresario de espaldas, portando un arma. En el acta de incautación se omitió detallar los lugares precisos en los que fueron halladas las armas: el empresario reconoció que la pistola no registrada se encontraba en un armario en su escritorio, mientras que el arma que dijo estar registrada estaba en un cajón de la mesa de luz.

El solo hecho de que el empresario contase con un arma o la portase, más el hecho de saber que en la finca no solo había un arma de fuego, sino dos constituye una “manifestación de violencia” en cuanto claramente evidencia el “poder de daño” que radica en una persona y con respecto a los demás, señala un escrito de la Justicia.

Las actuaciones judiciales y policiales comenzaron al mediodía del sábado 11. Más de 15 policías, armados con ametralladoras, cascos y chalecos antibalas ingresaron a la mansión donde funciona el hotel. La casona se encuentra ubicada en el barrio Jardines de Córdoba, pegado al barrio más exclusivo de Punta del Este, Beverly Hills. En la zona trascendió que esa residencia perteneció al expresidente brasileño, Fernando Collor de Melo. Apenas ingresaron, los agentes policiales controlaron a los dos hombres que se encontraban en el hotel.

Tras la instancia penal ordenada por la jueza para que se allanara la propiedad, el caso pasó ayer a la Justicia Especializada en Violencia Doméstica. Las audiencias duraron hasta últimas horas de la noche. Además de asesorar a las dos víctimas en el Juzgado de Violencia Doméstica, Etcheverry y Burgos iniciarán una demanda civil por más de US$ 3 millones contra el empresario.

Hasta el momento, el hotelero es propietario de los bienes -solo la mansión vale US$ 3,5 millones según Etcheverry- mientras que su esposa es titular de la empresa que figura como dueña del hotel. Ello significa que, además de hacer trabajar en un régimen de semiesclavitud a su pareja, la hizo titular de las deudas generadas por el hotel boutique.

Etcheverry pedirá la disolución del vínculo conyugal y el reconocimiento de los bienes -la casona y vehículos- que pertenecían a la pareja. Para ello, argumentará en la Justicia que el matrimonio había tenido otros emprendimientos comerciales previos.

La pareja del empresario poseía un vehículo pero no lo podía utilizar porque él no le daba las llaves. “El control que tenía sobre su pareja era total”, dijo el profesional. La hija no cayó en la telaraña montada por su padre y se escapó.

El hotel boutique del empresario brasileño se encuentra a pocas cuadras de la “mansión del sexo” donde se realizaban fiestas swingers. Esta casona era manejada por Lulucky Joselyn Moraes, acusada de ser la autora intelectual del asesinato de su exesposo, el profesor de inglés Edwar Vaz Fascioli. El 9 de julio de 2018, Vaz Fascioli fue asesinado por dos sicarios en Maldonado. El 3 de agosto de ese año, la fiscal Silvia Naupp solicitó la detención de Lulucky y de un jardinero acusado de llevar a los dos sicarios al lugar del crimen. Entre los detenidos se encuentra la íntima amiga de Lulucky, Leticia Giachino. También fue capturado un sujeto que trasladó a los sicarios desde Montevideo hasta Punta del Este.

Los verdaderos dueños de la casona eran un empresario brasileño y una exmiss Brasil. Tras hacerse público el caso, remodelaron la casa.

Fuente: FM GENTE y El País.

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