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“La Rendición de Cuentas faculta al Ministerio de Ganadería a crear un fideicomiso de administración para ejecutar obras de adecuación edilicia, de construcción o adquisición de inmuebles, por lo adquirido en futuras ventas de locales en desuso”, explicó el subsecretario de la cartera, Alberto Castelar. Los bienes son urbanos y están ubicados en Cerro Largo, Durazno, Maldonado, Montevideo, San José, Tacuarembó y Treinta Tres.

Castelar puntualizó a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, del Senado, que “son construcciones muy antiguas, algunas, incluso, fueron declaradas bienes patrimoniales, por lo que su conservación es muy costosa y sus instalaciones no se adaptan para funcionar como oficinas”.

“El valor de la venta se verá al momento del ofrecimiento. No lo hacemos pensando en un valor, sino tratando, por buena administración, que se nos autorice a enajenar inmuebles a los que no les estábamos dando un buen uso, insistió. Los bienes son urbanos y están ubicados en Cerro Largo, Durazno, Maldonado, Montevideo, San José, Tacuarembó y Treinta Tres.

Por su parte, el ministro, Enzo Benech, indicó que la oficina para el departamento de Maldonado se ubica en la capital, cuestión que motiva reclamos porque los productores no viven en la ciudad sino en el interior. “Nos pidieron durante muchísimo tiempo que armáramos una oficina en San Carlos porque a todos les queda de pasada”, aludió.

“Hoy estamos armando una, a través de un acuerdo, en un predio de UTU ubicado frente a la agropecuaria, adonde trasladaremos los servicios. ¿Para qué? Para que estén mucho más accesibles a los productores rurales. Imagínense lo que implica para un productor rural hacer un trámite, en enero, en una oficina del ministerio ubicada en el centro de Maldonado”, remarcó.

En relación con el inmueble en Melo, Cerro Largo, manifestó que es patrimonio histórico, por lo que está sometido a determinada normativa que rige esta afectación. En el caso de Tacuarembó, se trasladaron las oficinas al predio del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), donde comparten el predio con esa institución y con la Universidad de la República.

“Antes, las oficinas estaban en una casa muy antigua con altísimos costos de mantenimiento y que no estaba adaptada a la instalación de oficinas. Eso hacía que fuera incómodo para los funcionarios y para el público. Nos mudamos al predio del INIA y lo que pretendemos es que, con la venta de estos inmuebles, se obtengan recursos, sin costos incrementales, para eventuales futuras construcciones o refacciones de oficinas”, finalizó Benech.