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En el último siglo se han producido al menos dos grandes revoluciones tecnológicas: una en los comienzos de 1900 que se extiende hasta hoy y que fue la economía de la producción de cantidades o de producción en masa (creatividad baja y tecnología mecánica); luego surge otra cerca de 1971 cuando Intel Corporation desarrolla el primer microprocesador en su laboratorio de Santa Clara, California. Allí comienza la más potente revolución tecnológica que nos lleva de la mano a lo que conocemos como “economía del conocimiento”, se indicó.

Es la que estamos viviendo en la actualidad en mayor o menor medida en todo el mundo (en América Latina y África aún no con la fuerza suficiente para mejorar sus estándares de vida). Dentro de esta revolución tecnológica del conocimiento apareció hace unos 20 años una nueva ola de innovaciones disruptivas como big data, analytics, robotics, internet of things, materiales nuevos e inteligencia artificial entre otros.

Estos avances tecnológicos están cambiando la vida de las personas, las estrategias de las empresas y el funcionamiento de la economía global. Uno de los aspectos en los que influyen dramáticamente es la evolución en el rol de los trabajos y de las profesiones.

Ya no importa llegar en hora y cumplir una tarea rutinaria: lo importante es cómo generar valor para uno y para la sociedad a través del conocimiento donde el producto resulta de las técnicas unidas a la necesaria creatividad.

Esto produce un cambio radical en algunas profesiones; otras, de hecho, desaparecerán. El tema es entender este proceso y cómo prepararse para no sólo sobrevivir al cambio sino prosperar con él. Así crecen los países y las personas o simplemente se vive en un estancamiento sin un futuro cierto, se señaló.

Auspician esta actividad Museos Ralli, Sanatorio Cantegril y Sanatorio Mautone.

La Liga de Fomento y Turismo de Punta del Este aclaró que la opinión de los disertantes es independiente con relación a la de la institución sobre los temas que expresen en las conferencias.