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“Yo pienso que no estamos capacitados para eso (de controlar la cédula de cada pasajero); lo que sí nosotros estamos convencidos de no seguir poniéndole trabas al pasajero, facilitarle el uso del taxímetro, porque cada vez son más cosas las que les estamos incluyendo, y nos estamos alejando de los pasajeros”, advirtió.

Explicó que ese alejamiento se produjo desde “Montevideo, que primero fue la mampara, que después fue el traba puertas, que después fue el vidrio eléctrico, después fue el rastreo satelital, el botón de pánico, la luz azul, ahora pedirle la cédula de identidad”.

“Y yo veo que no se ha atacado el problema de fondo, que es que ahora nos están abordando desde afuera, ese es el tema principal; entonces es que tendremos que ponerle una mampara también del lado de afuera”, se interrogó con clara ironía.

CAMBIO DE MODALIDAD

Perera dijo que “el tema de fondo no se ha atacado, y es que ha cambiado el sistema de atraco de esta gente: ahora lo hacen desde afuera y no de adentro” del auto con taxímetro.

“Nos toman y al llegar al destino nos encontramos que hay otra persona esperando, es un abordaje exterior”, explicó simplemente, en pocas palabras.

Advirtió que “ya han sorteado todos estos mecanismos que tenemos y no se ha atacado la razón final que es el abordaje desde afuera, ha cambiado el sistema, como que nos han ido estudiando y no creo que el pedirle la cédula pueda variar mucho”.

“Lo que vemos es que requiere inversión; lo que nosotros teníamos pensado ahora era instalarle un lector de tarjetas para facilitarle al usuario poder abonar el taxi a través de tarjetas de crédito y débito, que eso sí tiene un costo, pero a su vez da facilidades al pasajero y un retorno para nosotros”, reveló.

Fundamentó con que “nosotros vivimos del kilómetro ocupado y no del kilómetro libre, pero insisto, queremos facilitarle al pasajero el acceso, que la utilización del servicio sea lo más ligera y lo más posible para facilitarle: que sea fácil y rápida, y no ponerle trabas al pasajero”.

SE VAN AL REMISE

Perera introdujo otra novedad, que “cada vez estamos trabando y se nos está yendo (el pasajero), que es lo que está pasando en Montevideo, por estas trabas que le ponemos y no simplificarle el uso, se están yendo a otros sistemas de transporte, como puede ser el remise”.

“No lo veo (el registro de la cédula del pasajero), aparte, este sistema, opino, tiene que estar enlazado con el sistema del ministerio del Interior; cómo sabemos nosotros al pasar por el lector si este señor está requerido o no, si la respuesta va a ser rápida, no facilitaría mucho las cosas”, objetó con varias razones.

Contó que “a veces el botón de pánico en Montevideo salta en el 911, y ya salta en la persona que da la orden, se ha facilitado, y eso muchas veces demora mucho, segundos, minutos, que son letales, las respuestas (llegan tarde), no se ha agilitado las respuestas”.

“De qué sirve que yo suba a un pasajero, pase el lector, y qué respuesta tengo yo rápida para que nos detengan a nosotros; ese es el tema”, volvió a argumentar.

Al final, su última frase, se redirigió a lo que quedó demostrado es su mayor preocupación: “Nunca hemos llegado a combatir el mal, que es el abordaje exterior, ha cambiado la metodología de los atracos últimamente”.