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Al respecto, la jerarca puntualizó “está cumpliendo una función de amortiguación, de posibles inundaciones, ya que funciona como una esponja, absorbiendo el agua y desprendiéndola en época de sequía”.

En ese sentido, señaló que la vegetación que se encuentra en este sitio sirve para purificar el agua, y que de manera natural se evita la contaminación del arroyo El Potrero y de la playa ubicada en la zona.

Destacó que es importante que se mantenga el funcionamiento ecosistémico, es decir que se preserven las funciones que cumple el bañado. Desde la Administración se iniciaron conversaciones con el propietario llegando a una solución que conformara a todas las partes. Por un lado, que se pueda aprovechar desde el punto de vista urbanístico, y al mismo tiempo, dejar al patrimonio público más de 30.000 metros cuadrados de propiedad.

“Esas tres hectáreas queremos que queden escrituradas a nombre de la intendencia, porque es la única manera que el bañado se mantenga”, afirmó.

Sostuvo que esa porción del predio, que pasaría a manos de la administración, sería suficiente para contener toda el agua que proviene de los pluviales.

Por su parte, Molina confirmó que el tema estuvo sobre la mesa y que se acordó con los vecinos y el propietario del fraccionamiento realizar un seguimiento técnico de las intervenciones. En tanto, destacó el compromiso de llevar a cabo ese control, que se verá reforzado con la colaboración de los vecinos, el asesoramiento que realice el equipo multidisciplinario de la intendencia y el respaldo técnico de la obra.

En la reunión efectuada en el balneario Ocean Park participaron el presidente de la comisión y un grupo de vecinos, el alcalde de Piriápolis, Mario Invernizzi y un concejal; por parte de la Intendencia de Maldonado estuvieron los directores, Bethy Molina, Roberto Chiacchio, Soledad Laguarda y Carlos Rodríguez.

Foto: vista satelital en la que se observa que la zona de bañado está incluida en la trama urbana.