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Ricco dijo que “el grupo de voluntarios que conformamos ha estado entre tres y ocho años en la protectora”. Dijo que se trata de entre 15 y 18 personas y que la tarea fue “limpiar caniles, alimentar a los animales, dar agua… Apagando incendios, como pasa en todos los lugares”.

Este grupo de voluntarios fue expulsado el 5 de enero de este año.

Señaló que los problemas personales que se generan en los grupos fue una de las causas por las que “nosotros terminamos siendo expulsadas. Para nosotros fue muy traumático y muy grave. Pero la capacidad de resilencia de la gente nos hizo embarcarnos en un emprendimiento nuevo, enfocado hacia los perros de la protectora en primera instancia”.

Simonet explicó que se trata de una ONG, que no tiene nada que ver con el Refugio de la Ruta 39.Destacó que si bien esta organización que tener una comisión directiva, solo trataron “con su presidente, que era quien resolvía todo”.

“El alimento nunca alcanzaba… Siempre dependía de nosotros, los voluntarios. También darle agua a los animales dependía de nosotros, porque no había suficientes empleados. En un momento se contrató una empleada, que la pagamos nosotros, de nuestros bolsillos o mediante ferias que hacíamos”, señaló.

“Este verano compramos mallas sombras para los animales, pagamos a una persona para que las colocara… Y como no habíamos pedido autorización, la directora las mandó a desarmar”, relató. Agregó que otro tema de permanente enfrentamiento fue que los voluntarios denunciaban los permanentes malos tratos del casero, “que no tiene ningún tipo de empatía con los animales. Los voluntarios presenciamos que los maltrataba”.

Ricco dijo que se reclamó que se removiera a este casero, pero nos expresaron que “era inamovible”, aunque nunca se brindaron las razones. “Para nosotros no había razones para dejar al cuidado de 450 animales a una persona que no quiere a los animales… Ese fue uno de los tantos puntos de desencuentro que tuvimos con la dirección”, señaló.

Destacaron además, que había carencias de personal para atender a los animales, por lo que la tarea recaía básicamente en los voluntarios, y que no se contaba con atención veterinaria. “Iba un veterinario una vez por mes y había unas castraciones”, apuntó Ricco.

Dijo que, pese a la buena voluntad de los voluntarios, a veces de les negaron permisos para sacar animales para una consulta veterinaria e incluso para que un profesional fuera al lugar. Admitió que muchas veces desoyeron esas órdenes y sacaron animales del lugar para que fueran atendidos.

Agregó que el tema de mantenimiento de “de los animales y del lugar, que siempre era deficiente, no es solo solucionable con los voluntarios… Y ahora nosotros no estamos. Hay que solucionarlo con empleados que estén todo el horario. Los bichos desde el mediodía a la noche están sin cuidado. Entonces hay peleas, perros que se enredan…”.

Simonet señaló que esto genera desencuentros permanentes. “Y esto viene de muchos años. No somos la primera camada de voluntarios expulsados. Y otros se han retirado a raíz de los problemas”, indicó.

También señaló que se estima que ahora hay unos 500 perros. Están hacinados, en algunos caniles hay hasta cuatro perros que se pelean constantemente a la hora de la comida. No hay una política de ingreso. Tenemos material gráfico que muestra que hay mucha materia fecal. Hay ratas. El problema es muy grande”, advirtió.

Ricco dijo que el comodato otorgado por la Intendencia da beneficios pero también tiene exigencias, que “algunas, evidentemente, no se cumplían en el tiempo que estuvimos trabajando para la protectora y tampoco ahora. Por ejemplo, no hay asistencia veterinaria”, subrayó.

“Esto nos ha llevado a presentar el tema en las dependencias del Estado que nos han asesorado que correspondía”, añadió. Dijo que han mantenido contactos con autoridades de la IDM y de la Junta Departamental, que se han interesado por esta situación. “Encontramos eco. Eso no es un enfrentamiento personal. Decidimos formar una organización nueva para trabajar desde afuera con la protectora, pero con autonomía en las decisiones. Eso provocó la expulsión, porque se tomó como una ofensa personal. Y esto nunca fue una ofensa personal. Nosotros queremos pelear por la causa animal y punto”, aclaró.

Simonet resaltó que ya hubo una inspección municipal en la protectora, que constató la situación irregular de los animales.

Por otra parte, Ricco dijo que en algunas ocasión también se les exigió que entregaran el dinero en efectivo de los beneficios que habían los voluntarios para contemplar las necesidades básicas de los animales, sin saber para qué.

Asimismo, señaló que la situación de los perros que están en el Refugio de Ruta 39, que ha sido motivo de varias denuncias recientemente, “no es peor en absoluto que la de los que están en la protectora. Sin ánimo de comparar, vimos que hay ocho o 10 perros por canil, pero tienen lugar para estar en un metro a la redonda sin tocarse y no hay hacinamiento”, resaltó. Dijo que “tienen un problema. Los perros ‘bravos’ están juntos en un canil. Eso no es lo ideal… Ahora, de ahí a que se coman entre ellos, nunca lo vi. No me consta”, afirmó.

Simonet consideró que “a este refugio le falta todavía… tienen las condiciones económicas y el lugar para mejorarlo. Quizás falte experiencia. Los perros están limpios, bien comidos. Tal vez le falte un poco más de infraestructura para separar estos perros y tenerlos en caniles individuales”, indicó.