AFP/AP
AFP/AP

MASACRE EN ESTACIÓN UCRANIANA. Son 52 los civiles, entre ellos 4 niños, que murieron el viernes cuando un misil cayó en la estación de la ciudad de Kramatorsk, en el este de Ucrania, una zona de la que miles de civiles están huyendo por miedo a una ofensiva rusa inminente. Este ataque, en el que también resultaron heridas 100 personas, es uno de los más sangrientos en las seis semanas de guerra y se produce en un momento de indignación internacional frente a las atrocidades que comienzan a descubrirse en Ucrania.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lo calificó de acto de "maldad sin límites" de parte de Rusia.

Pero en Moscú, el ministerio de Defensa negó ser el autor del ataque y denunció una "provocación" de Kiev.

"El objetivo de este ataque orquestado por el régimen de Kiev contra la estación de tren de Kramatorsk era impedir que la población civil se fuera de la ciudad para poder usarla como escudo humano", dijo el Ministerio de Defensa ruso, subrayando que el misil fue lanzado desde la ciudad ucraniana de Dobropillya, a unos 45 kilómetros de Kramatorsk.

Según Oleksander Kamyshin, responsable de la compañía ferroviaria ucraniana Ukrzaliznytsia, se trató de "un ataque deliberado".

Frente a la estación de Kramatorsk se veían varios automóviles carbonizados y los restos retorcidos del misil en el que se podía leer, con letras blancas y en ruso, la inscripción "por nuestros niños".

La frase, que suena a venganza, es usada a veces por los separatistas prorrusos para referirse a sus hijos muertos en la guerra del Donbás, que comenzó en 2014.

La estación quedó sembrada de maletas abandonadas, vidrios rotos, escombros y desolación. El interior de la estación, por la que han sido evacuadas miles de personas desde hace días, estaba cubierto de sangre, a menudo pisoteada y extendida hacia la calle, debido al movimiento de los cuerpos.

"Estoy buscando a mi marido, estaba aquí pero no logro encontrarlo", decía una mujer sin osar acercarse a los cuerpos de las víctimas, alineados fuera de la estación.

Kramatorsk es la capital del Donbás que aún está bajo control ucraniano. Horas antes del ataque, un reportero de la AFP que acudió a la estación vio a centenares de personas que aguardaban, en fila, para salir de la región en dirección a otras partes más seguras del país.

Desde hace días, las fuerzas rusas concentran sus operaciones en este y sur de Ucrania, en un deseo de crear un corredor entre Crimea, ocupada y anexada en 2014 por Moscú y las regiones separatistas prorrusas de Donestk y Lugansk, en el Donbás ucraniano.

Esto obliga a miles de civiles a huir hacia el oeste y el norte, aunque en muchos casos las evacuaciones se ven perturbadas por los bombardeos.

"No es ningún secreto, la batalla por el Donbás será decisiva. Lo que ya hemos vivido, todo este horror, puede multiplicarse", dijo el gobernador de Lugansk, Sergii Gaidai.

Analistas consideran que el presidente ruso Vladimir Putin quiere hacerse con el control del Donbás antes del desfile militar del 9 de mayo, que conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial, una fecha muy importante y simbólica en Rusia.

ACTUALIZACION

Las fuerzas rusas utilizaron misiles balísticos Iskander y "sabían muy bien dónde apuntaban y lo que buscaba: sembrar pánico y terror, querían golpear la mayor cantidad posible de personas pacíficas", dijo por su parte el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, en un mensaje en su cuenta de Telegram.

En el lugar del ataque, decenas de cuerpos quedaron tendidos junto a las vías y en las plataformas, con valijas y mochilas esparcidas por todas partes y las paredes salpicadas de sangre. Frente a la estación se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil.

La televisión Ukraine 24 denunció en su cuenta de Telegram que en uno de los misiles que cayeron sobre la zona de la estación se leía en ruso "Para los niños". En un video divulgado por la televisora, se ve el misil, parcialmente destruido, con la escritura en blanco.

Lo más visto