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DEVOLUCIÓN. Cristiano Ronaldo celebró su partidazo devolviendo el gesto de la ‘huevada’ al Cholo Simeone en el primer partido en España, donde el Atlético Madrid ganó 2 a 0 a la Juventud. Ahora con tres goles el local lo dio vuelta, clasificando y dejando por el camino a los españoles. Todo lo que tiene de altivo lo compensa con actuaciones decisivas en los partidos importantes, y el de Turín contra el Atlético de Madrid era uno de esos en los que un futbolista agranda su leyenda. Cristiano Ronaldo le dio un ’tiro en la nuca’ a Juanfran con el salto en el primer gol. Le ganó la espalda al defensa rojiblanco y atacó el balón en salto sublime. A Morata le cayó un balón parecido en el final de la primera parte y lo cabeceó alto. En los remates marcan las diferencias los grandes goleadores.

La excelencia de Cristiano Ronaldo en el arte de matar es indiscutible. Se le podrá cuestionar por su ego, soberbia y chulerías, pero a la hora de la verdad rompe las barreras de la presión. Demoledor. Cristiano no tiene escrúpulos.

Igual que Messi es el ejemplo competitivo de cómo ser el mejor desde el talento natural, Cristiano Ronaldo no tiene nada que envidiar a nadie por sus condiciones físicas y una mentalidad que se cree superior a la del resto de futbolistas del planeta. En la cabeza está el secreto del éxito de un profesional que se desafía a sí mismo y no hace amigos. Estás con él o contra él. ¿Cuántas veces se ha visto al portugués regañando a un compañero porque no le ha pasado un balón?

La voracidad le hace temible. El error le frustra. La relajación no la conoce. Vive para ser el mejor. Así es el divo. Un líder. Un tipo que se encara si hace falta con el poderoso Florentino. (El Confidencial)

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