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Tanto en hotelería como para gastronomía cada establecimiento se obliga a capacitar e instruir debidamente a todo su personal en relación al protocolo, debiendo reglamentar su aplicación de acuerdo a las particularidades de cada local.

Al ingresar al local el cliente se le deberá indicar las exigencias relativas a tapabocas, higiene de manos y la inexistencia de síntomas visibles. Se deberá colocar cartelería indicativa interna en baños y zona de lavados con el proceso de lavado de manos.

Se establece también que el incumplimiento de las disposiciones señaladas traerá como consecuencia la aplicación de sanciones por las autoridades pertinentes en cada caso.

“Para los empresarios, este protocolo homologado no es difícil de aplicar y no implica una erogación de dinero que haga alguna diferencia”, destacó Cardoso.

En el diseño de las medidas, participaron la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el Ministerio de Salud Pública, la Cámara Uruguaya de Turismo y el Congreso de Intendentes. Además, estuvo a consideración del grupo de científicos que asesoran al Poder Ejecutivo, ámbito en el que se evalúan las medidas correspondientes para determinar la habilitación de los centros termales públicos.

El contralor del protocolo comenzará el lunes 29 y estará a cargo del Gobierno nacional y del Congreso de Intendentes. Ante incumplimientos a las disposiciones, se aplicarán sanciones, adelantó el ministro.

Por su parte, el viceministro de Turismo, Remo Monzeglio, valoró el esfuerzo realizado por los empresarios hoteleros y gastronómicos, cuyos establecimientos permanecieron abiertos en los últimos cien días. Añadió que, con estas medidas, los ciudadanos podrán realizar turismo interno con los cuidados necesarios.