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IMPACTÓ EL HURACÁN IAN. La costa oeste de Florida suele llevar una vida tranquila. Playas de arena blanca y un mar sin olas, casas con barquitos amarrados en el fondo, fachadas prolijas con flores y arbustos de colores. Pero este miércoles, esos pueblos playeros quedaron devastados por el impacto del potente huracán Ian, que tocó tierra firme en el sudoeste del estado como uno de los ciclones más fuertes que se hayan registrado en Estados Unidos. El mar calmo gestó olas gigantes. Playas, calles y canales quedaron cubiertos. Algunas casas quedaron con el agua hasta el techo, y las señales de tránsito recostadas en el piso vencidas por el viento. Las ciudades turísticas, arrasadas con vientos de 225 km/h, se convirtieron en pueblos fantasmas. Aquel que no evacuó a tiempo, debió encerrarse y rezar.

Hasta hace pocos días, Ian era una tormenta más para Florida. Al principio de la semana, había apenas tímidos preparativos. El gobernador del estado, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia cuando todavía era una tormenta tropical, para activar los protocolos correspondientes. En el sur del estado no hubo faltante de agua ni combustible, como sucede en cada huracán. Pero tras pasar por Cuba, Ian emergió al Golfo de México el martes por la mañana con un ojo mucho más grande: pasó de 20 a 35 millas náuticas de diámetro.

El nuevo ojo creció un 75% de ancho. Entre lunes a la noche y martes al mediodía, se suspendieron clases, se cerraron universidades, se ordenaron nuevas evacuaciones, se agotaron pasajes de micro y avión. Se amplió el área de posible impacto. De golpe, Ian se convirtió en un monstruo.

DeSantis ordenó la evacuación obligatoria que abarcó 12 condados sobre la costa oeste, desde Marco Island y Naples hacia el norte. También se abrieron refugios, muchos de ellos en escuelas, para que los habitantes pudieran contar con un lugar gratuito donde evacuar. Sin embargo, por ser Ian tan poderoso, todo el centro y sur de la península recibió el impacto.

En los condados de Miami y Broward se registraron tornados y ráfagas destructivas salpicadas por la zona. En el pequeño aeropuerto privado North Perry, de Pembroke Pines, se dieron vuelta avionetas. Se iniciaron focos de incendio desde Key West hasta Naples. Aun a 150 kilómetros de la columna vertebral del huracán, sobre la costa este de Florida que se suponía fuera de ruta, Ian provocó inundaciones y miles de cortes de luz. Fuertes vientos y mucha lluvia.

A las 15.05 (hora local) de este miércoles, Ian tocó tierra en Cayo Costa, una pequeña isla afuera de la ciudad de Fort Myers, sobre el golfo de México. Ciudades como Sanibel, Captiva y Punta Gorda quedaron devastadas por el avance del agua y el viento demoledor. Dos días antes, los turistas juntaban caracoles en las playas con temperaturas de 30°C.

En Naples, la marejada ciclónica de 1,50 metros de agua fue la mayor registrada de los últimos 50 años. El círculo del huracán llevó agua al continente desde el sur, y retrajo las aguas por el norte. Por eso, en 200 kilómetros de distancia, mientras Naples se inundaba, la bahía de Tampa quedaba a secas. Algunos curiosos salieron a caminar por ese fondo que quedó completamente al desnudo, con sus barcos encallados en el lodo.

En las redes se vieron algunas imágenes de película. “Se me fue el buzón. No puedo creer lo que veo”, gritó el usuario @genao_genao2, en un video que publicó en Instagram.

La corriente en el frente de su casa arrasó con el buzón de correo, metálico y cementado en el piso. Otras de las imágenes más virales también es de las más devastadoras. Un camión de bomberos salió de su estación pero no pudo circular, atascado en el agua que superó el metro y medio de altura. Por eso, todo aquel que no acató la orden obligatoria de evacuación, deberá esperar a mañana cuando pase la tormenta para recibir ayuda.

“Nadie puede recordar un huracán de estas características”, dijo Mike McNees, city manager de Marco Island.

Se espera que este jueves Ian impacte en Orlando algo debilitado. Los parques temáticos cerraron hasta el viernes. Los hoteles no solo hospedan a aquellos que fueron a disfrutar de Disney, sino también algunos de los 2,5 millones de evacuados que llegan con los recuerdos que quieren salvar de la inundación. Desde el propio estado se emitió un pedido a hoteles y dueños de alquileres temporarios, de aceptar evacuados con sus mascotas.

El protocolo también contempla el día después. La compañía de luz estatal FPL espera con 40.000 operarios cerca de las zonas afectadas. Se hospedan en hoteles y dependencias estatales hasta que pase la tormenta. El huracán dejó este miércoles sin electricidad a más de un millón de hogares en Florida, según el sitio especializado PowerOutage, que registra los cortes de energía en Estados Unidos.

Ian es el quinto huracán de mayor importancia en golpear a Estados Unidos, según las autoridades.

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