La Dra. Ana Verlengo, presidente de la Unión de Médicos de Maldonado, dijo a FM GENTE que, tras la realización de plenarios virtuales a nivel de FEMI (Federación Médica del Interior) en todo el país la principal preocupación es que hay sectores de la población que no han acatado las recomendaciones del Ministerio de Salud Pública respecto al distanciamiento físico. Destacó que esas personas siguen transitando por espacios públicos, parques y playas.
“Nosotros no pedimos, no exhortamos: rogamos, suplicamos a nuestros queridos ciudadanos que hagan caso, que se queden en casa”, señaló.
La facultativa agregó que “nosotros los vamos a proteger, a cuidar, en la medida que tampoco nos enfermemos. La única forma que podamos seguir en la cadena asistencial, que nos protejan, quedándose en casa”.
Por otra parte, Verlengo confirmó que el virus puede estar dos horas en las distintas superficies y hasta tres horas suspendido en el aire, como lo anunciaron los expertos en infectología. “Eso se ha estudiado y se sabe que es así”, señaló ante una consulta de FM GENTE.
Agregó que “de cada 100 personas, 80 vamos a tener una gripe ‘banal’. Veinte van a evolucionar a una neumonía o quizás a una internación Y de esas, sólo cinco vamos a precisar una asistencia respiratoria mecánica. Tenemos que tener un distanciamiento físico. Con esa única medida vamos a ver enlentecida la curva de infectados”.
“Ya se sabe que nos vamos a infectar el 80% de la población. El tema es la carga viral. Si la carga viral es pequeña vamos a cursar una enfermedad de poca intensidad, de poca gravedad… Por más que el virus esté suspendido tres horas en el aire, el tema es la carga viral… De ahí la medida del distanciamiento físico”, insistió.
“No podemos permitir que por no respetar esa responsabilidad social tengamos que internar pacientes con una carga viral importante y que esos pacientes ocupen camas y recursos que se podría usar para una persona que, no teniendo COVID-19 positivo, deba ingresar por una emergencia. Por ejemplo, un niño con apendicitis; o una persona que sufra un infarto”, explicó.
Destacó que, “para que no se rompa la cadena asistencial, es necesario no tener esas camas ocupadas por personas que podría haber evitado ingresar con gravedad por COVID positivo”.