Facebook Twitter WhatsApp

- En general, la regionalización de cárceles implica siempre para el recluso un elemento más de desprotección afectiva y falta de contención necesaria familiar, contrariando así lo establecido por el artículo 26 de la Constitución de la República, en tanto ordena que “En ningún caso se permitirá que las cárceles sirvan para mortificar, y sí sólo para asegurar a los procesados y penados, persiguiendo su reeducación, la aptitud para el trabajo y la profilaxis del delito”.

En efecto, el alejamiento de la persona privada de libertad, de su lugar de residencia, no sólo lo condena también a no recibir la contención familiar tan necesaria regulada por las visitas; sino que también lo introduce en un ámbito delictivo de mayor dimensión, que lejos está de tender a perseguir la reeducación y la profilaxis del delito, sino lamentablemente, todo lo contrario.

La regionalización de todo establecimiento carcelario, también conlleva la problemática de la efectivización de las libertades provisionales, condicionales, y salidas transitorias. El recluso es liberado u obtiene su salida transitoria, en un ambiente que desconoce y donde no tiene ningún tipo de contención, ni del Estado, ni familiar, lo que tampoco colabora con la profilaxis del delito referido por la norma Constitucional citada.

- En particular la regionalización de la cárcel de Maldonado, se torna aún más inconveniente:
A) Existen hoy más de 500 personas privadas de su libertad en un establecimiento con capacidad para 170, lo que por sí sólo muestra las condiciones de hacinamiento en las que se encuentran. Están adelantadas las obras para crear 250 plazas más, lo que simplemente serviría para que los reclusos que hoy viven en el establecimiento carcelario de Las Rosas, posean las condiciones que la norma constitucional indica. Pero el traslado de reclusos de otros departamentos, haría insuficientes nuevamente a las instalaciones, para continuar con el mismo problema de hacinamiento pero con más instalaciones y más reclusos;

B) Asimismo, crearía un caos administrativo y judicial, ya que los reclusos trasladados, pasarían a depender tanto de la Jefatura de Policía de Maldonado, como de los Juzgados Letrados de Maldonado especializados en la materia, que no cuentan con los recursos humanos y económicos necesarios. Incluso los problemas sanitarios de la población carcelaria ampliada, seguirían atendiéndose en el Hospital de Maldonado que hoy cuenta con 4 camas para los más de 500 reclusos.

C) La ubicación del establecimiento carcelario a pocos kilómetros de la ciudad de Punta del Este, multiplica en el caso concreto los inconvenientes mencionados en forma genérica, fundamentalmente en el ámbito de la seguridad, patrimonio diferencial y casi único en el Continente, de la ciudad turística de Punta del Este.

Presidente
Secretaria