Se trata de, aproximadamente, 100 kilos de carne y chacinados congelados que eran transportados sin la temperatura reglamentaria, lo cual significa un riesgo para la inocuidad del producto y su consumo.
El hecho se registró durante un control efectuado en la Ruta Interbalnearia por el equipo móvil de Bromatología de la Dirección General de Higiene y Medio Ambiente. Desde el Laboratorio Municipal se informó que “los alimentos se encontraban a menos 8º cuando debería están a 18º bajo cero”.
La inspección técnica determinó un posible corte en la cadena de frío y se resolvió descartar el volumen retenido.