HALLOWEEN SE IMPONE. Aunque tiene sus detractores, la celebración de Halloween se ha impuesto en el mundo y Uruguay no es la excepción. Este viernes miles de niñas y niños uruguayos se disfrazan de monstruos, brujas y zombies para salir a las calles en busca de golosinas, bajo pena de someter a una aterradora travesura a quien se nieguen al pedido. En los hechos, cuando los pequeños que topan con el ceño fruncido de los adultos suelen retirarse, tristones, sin ninguna represalia. Pero también hay chiquillos que aplican al pie de la letra la tradición y lanzan huevos o harina a la puerta principal de quien los rechaza. En cualquier caso, la mayoría de los grandes se prepara con una buena cantidad de caramelos que los pequeños guaran en calabazas plásticas, mientras hacen su puerta a puerta. Sobre todo en los comercios, que son asediados por malones infantiles, mientras alguna madre o padre observa la escena -como desentendido- al otro lado de la calle. En Estados Unidos, la festividad va más allá: la decoración para Halloween incluye auténticas calabazas elegidas, cual árbol de navidad, en establecimientos especializados (foto). Nadie duda que el negocio ya es monstruoso.