DESTRUCCIÓN. Después de las tormentas. Con una combinación de lluvias y vientos intensos y una dolorosa lentitud, Dorian causó la muerte de veinte personas (aunque se cree que la cifra de fallecimientos aumentará) y la destrucción de miles de viviendas en las islas del norte de las Bahamas. Las autoridades empiezan a evaluar los daños [en inglés] y temen fallas eléctricas, desabasto de combustible y productos básicos, así como brotes de enfermedades diarréicas, roedores y mosquitos. En Estados Unidos, los estados de Georgia, Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia permanecen en alerta ante las “tormentas mortales” a lo largo de la costa sureste del país, mientras que los estados mexicanos de Nuevo León, San Luis y Tamaulipas sufren inundaciones debido a otra tormenta: Fernand.