LA NUEVA NORMALIDAD EN CONCIERTO. En Leipzig, Alemania, el cantante alemán de pop Tim Bendzko hizo todo lo posible para animar a la multitud en la Arena Quarterback Immobilien. Flanqueado por los miembros de la banda y los coristas, brincó de un lado a otro del escenario en la sala de conciertos y estadio techado y volteó el micrófono hacia el apiñado público compuesto por 1.400 personas, para invitarlos a cantar. La respuesta fue un zumbido apagado, lo cual no es sorprendente, dado que los miembros de la audiencia llevaban cubrebocas y estaban sentados en medio de un calor sofocante.
Aun así, Bendzko les agradeció y dijo: “Hoy, ustedes son los salvadores del mundo”.
El experimento incluyó unos 1.400 voluntarios que formaron parte del público. No eran los típicos asistentes a conciertos, sino voluntarios en un estudio elaborado por un equipo de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg llamado Restart 19. Cada asistente, equipado con un rastreador de localización digital y un desinfectante de manos con un tinte fluorescente, fue asignado con cuidado en los asientos como parte de un experimento para rastrear los riesgos de infección por coronavirus que representan los grandes eventos en interiores.( The New York Times)