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"No abandono la cruz, continúo en un modo nuevo ante el Señor crucificado", aseguró Benedicto XVI en su última audiencia pública antes de renunciar como Papa, mañana jueves. Decenas de miles de personas (al menos 150.000, según el Vaticano) se congregaron en la Plaza de San Pedro para escuchar la última catequesis de Benedicto XVI. Aclamado por la muchedumbre, el Papa comenzó la audiencia haciendo un recorrido más amplio al habitual en su papamóvil y en todo el trayecto, con un rostro que reflejaba una visible emoción, saludó a los fieles que no cesaban de corear "Benedicto, Benedicto" y "Viva el Papa", mientras ondeaban banderas de numerosos países. Al bajar, rezó una oración en las escalitadas de la basílica y no dudó en confesar estar "conmovido". "Veo a la Iglesia que está viva", dijo, en medio de los aplausos que interrumpían por momentos sus palabras. En lo que fue uno de los momentos más impactantes para la grey católica latina presente, Benedicto XVI pidió en español que recen por él y por los cardenales "llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro".El Papa reflexionó sobre su decisión de renunciar y explicó cómo, en los últimos meses, siente que sus fuerzas habían disminuido. Aseguró ser "consciente de la gravedad y la novedad" de su histórica renuncia al pontificado y anunció que "se dedicará a la oración" y que su intención no es regresar "a la vida privada". (AFP / elmundo.es / telam)

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