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TERROY Y BARBARIE. Al menos 60 personas murieron cuando un grupo con armas de gran calibre ingresó al Casino Royale de Monterrey y disparó contra el público. Los sicarios lanzaron, además, granadas de fragmentación y hay versiones de que también rociaron el local con combustible. Se trata de uno de los ataques más mortíferos, en medio de la violencia del crimen organizado que ha dejado más de 40.000 víctimas fatales en México desde diciembre de 2006, cuando el gobierno lanzó su combate al narcotráfico. El presidente Felipe Calderón calificó el incidente en su cuenta de Twitter como un acto de "terror y barbarie".

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