La Voz/S. Roggero
La Voz/S. Roggero

SIN ILUSIÓN. Uruguay estaba haciendo una de las que hace Uruguay. Llegaba a la última fecha del Grupo H sin triunfos y con la obligación de ganar para meterse en octavos de final.

Y arrancó mal ante Ghana, que tuvo un penal. Y el arquero (Sergio Rochet) lo atajó y se armó el renacer del equipo… Y Uruguay nomá': con dos goles de Giorgian de Arrascaeta, los celestes se imponían 2-0 en el estadio Al Janoub, ante más de 40 mil personas, y conseguíann los tres puntos que necesitaba para seguir en carrera en el Mundial Qatar 2022.

Pero… resulta que Corea venció 2-1 a Portugal y, por más goles a favor, se metió en los octavos de final para toparse con, posiblemente, Brasil, el primero del Grupo G. Ese gol de Corea dejó al Mundial sin un Brasil-Uruguay. Ese gol de Corea dejó deshechos los corazones celestes y el corazón de su líder, el delantero Luis Suárez, que quedó bajoneadísimo en el banco de suplentes. Portugal, pese a la derrota, se quedó con el primer puesto de la zona.

LO QUE PASÓ EN EL PARTIDO
Uruguay necesitaba los tres puntos pero esa necesidad no aplicó a un cambio de sistema. El 4-4-2 no se tocó por parte del entrenador Diego Alonso.

Ghana, que tomó el control de la pelota desde el pitazo inicial, se dispuso con un 4-2-3-1.

En esas posturas, con esos planteos, se jugó los primeros minutos. Y lo que pasó no sorprendió a nadie. Ghana contó con la primera chance de gol.

Un remate de Jordan Ayew provocó el rebote del arquero Sergio Rochet y en pos de evitar que quede mano a mano Mohammed Kudus le hizo penal (cobrado por VAR). Lo pateó André Ayewy se lo atajó Rochet.

Después de esa jugada, Ghana se hundió en la depresión. Uruguay emergió y llegó un vendaval celeste que se llevó por delante a los africanos.

El primer arribo no fue gol de milagro. Darwin Núñez la picó ante el arquero Lawrence Ati y en la línea evitó el gol Mohammed Salisu.

Y después, a los 26, llegó el “Uruguay nomá”. Centro de Núñez, dos defensores que se pasaron insólitamente, remate de Suárez, rebote del arquero y cabezazo de Giorgian De Arrascaeta.

El mismo volante la mandó a guardar en la otra chance que tuvo. Iban 32 minutos. El jugador del Flamengo le pegó de una después de un pase del indispensable Luis Suárez.

Ghana recién volvió a llegar al arco con una mandada en solitario de Mohammed Kudus.

Y Uruguay había perdido por lesión a Bentacourt, que estaba jugando bárbaro. Ingresó por él Matías Vecino.

El manual de estilo de resistencia uruguaya se había aplicado tal cual y con la épica que suone atajar un penal en un partido que, literalmente, era de eliminación directa.

En el segundo tiempo, el entrenador ghanés Otto Addo sacó del equipo a los Ayew, el “9? y el “10? por Kamaldeen Sulemana y Osman Bukari. Y en la primera jugada, su equipo metió peligro con derechazo de Sulemana.

Uruguay estuvo tranquilo cuando Ghana lo dominaba… ahora estaba recontratranquilo, jugando el partido que quería y cómo quería. Esperando, manejando tiempos y provocando la impaciencia de los africanos.

Un ejemplo de esa maestría uruguaya para amortiguar intentos ghaneses fue el cuerpo de Suárez. Sí, el centrodelantero se ponía de espaldas, clavaba los pies en el piso, sacaba la cola, fortalecía la espalda y esperaba el topetazo del defensor. Y le hacían falta. Y el tiempo pasaba y Uruguay se relajaba.

Y si no pasaba esa “jugadita” de Suárez, pasaba lo que pasó en la jugada de que el VAR revisó como un posible penal para Uruguay. Los volantes cortaban pelotas y activaban pelotazos para los delanteros. En una de esas, Núñez se metió en el área y estuvo “ahí” de fabricar un penal.

Suárez sintió el desgaste de ese trabajo sucio y el DT Alonso lo reemplazó a 20 del final. Ya estaban en cancha Nicolás de La Cruz y Edinson Cavani, toda una muestra de que Uruguay no aflojaba en intensidad y no cedía en su propuesta de llegar al tercer gol a través de un contragolpe. Ghana, a esa altura, seguía perdidísimo.

Fernando Valverde estuvo cerca del anhelado 3-0 con una volea desde afuera del área que hizo trabajar al arquero Ati.

Ghana, definitivamente lanzado al descuento, hizo trabajar a Rochet con una bomba de Antoine Semenyo.

Y cuando parecía que la épica uruguaya bastaba… se supo que Corea del Sur le ganaba 2-1 a Portugal y que Uruguay necesitaba un gol más.

El DT Alonso se quería meter a la cancha para pedir que vayan al frente, que hacía falta un gol más. Y allá fue el equipo, se salió de la postura que dominaba a Ghana para buscar ese tercer gol clasificatorio. Lo tuvo Cavani con un cabezazo que el atajó Ati.

El árbitro Daniel Siebert dio seis minutos más después de los 90 y fueron estresantes. La pantalla del estadio mostró a Luis Suárez compungido en el banco de suplentes. Todo Uruguay estaba así. Había hecho un partido impecable pero le faltó un gol. Maxi Gómez y su derechazo lejano fueron el último intento para un 3-0 que no llegó. Y dolió.

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