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Palomino dijo que “anoche estábamos ahí tranquilos, tratando de hacer la caja, cuando entraron dos muchachos armados, encapuchados”.

La carnicería de Las Flores, sobre la Ruta 10 a la altura del kilómetro 90, es uno de los comercios con más movimiento cuando llega el verano. La mayoría de los lugareños, pero mucho más los turistas, compran carne o sus derivados para simplificar sus comidas y dedicar el mayor tiempo al esparcimiento y el descanso.

Desde esa esquina, de noche, se siente el ruido del mar, que está a menos de 100 metros. Se lo escucha hasta en las noches sin marea. Es uno de los encantos de Las Flores en las horas de sombra.

NO TENÍA CONCIENCIA

Habituado a ese marco relajado, de vida simple y pueblerina, Palomino sigue contando el robo como si lo estuviera viviendo nuevamente.

“Primero creí que eran dos vecinos, dos locos amigos, que estaban haciendo una broma; no tenía conciencia; cuando me di cuenta, eran dos delincuentes que entraron a mano armada”, contó sobre la forma que salió de su habitual paz, para ubicarse como víctima de un robo.

Contó que al principio creyó que el asaltante “no tenía nada, pero tenía un arma en la mano que me ponía en el costado, atrás de la oreja; y cuando me di cuenta, (dijo): ‘dame, dale, dame la plata que no tengo tiempo, dale, dale, dale…’”

“Y yo no reaccionaba, no entraba…, yo que sé, siempre he visto cosas que pasan, pero me parecía que a uno no le pasaba, que en Las Flores no ocurrían tales cosas”, explicó.

TE ROMPO LA MÁQUINA SI NO LA ABRÍS

Palomino corta el relato y se mete abruptamente en el desenlace: “De pronto le dio un golpe a la máquina: ‘dale porque te la rompo a la máquina si no la abrís’”, afirmó, imitando el tono con que recibió la orden.

“Me puse nervioso y no podía abrirla a la máquina”, prolongó el instante que seguramente a él le pareció una eternidad.

Finalmente, contó el desenlace: “La agarró (a la máquina registradora), la manoteó abajo del brazo, pegó un tirón y salió disparando con ella”. Se llevó 20 mil pesos.

Después de eso, Las Flores ya no recuperó su calma habitual para todos quienes fueron testigo o se enteraron del incidente.