Ante un cuestionamiento sobre la cantidad de números brindados para las castraciones caninas, la veterinaria Daniela Pérez explicó cómo funciona este sistema. Son tres veterinarios los que operan y ella misma que proporciona la anestesia, tienen tres camas y si llueve ese día, deben suspender la actividad.
Señaló que no tienen un número fijo de cantidad de castraciones diarias pero realizan alrededor de 40 o 50 cada mañana.
Agregó que “en el camión hay tres veterinarios operando, y yo abajo hago toda la parte de la anestesia (…) hace más de 10 años que hacemos castraciones y por suerte tenemos buena convocatoria, pero a veces el número de perros es tan alto que no podemos cumplir con todos”.
Afirmó que el año anterior se castraron unos 2.000 perros, este año van entre 500 y 600, esto debido a la lluvia que se presentó durante varios miércoles obligando a suspender el servicio.
Señaló que “ese problema también nos pasa, nosotros vamos y si se larga a llover, no podemos continuar porque los animales que están abajo (del camión), que no hay reparo, no podemos subir un animal que está hipotérmico, y después no se le puede entregar al dueño empapado”.
“Cuando hay lluvia lamentablemente se suspende (la castración), no tenemos otra, el camión es muy, muy pequeño”, justificó.
Indicó que “La intendencia aporta el material y nos paga unos honorarios mínimos a nosotros, somos un grupo de seis veterinarios que vamos actualmente, a cumplir con un convenio con la intendencia, se implementó en el anterior gobierno de (el actual intendente) Enrique Antía”, repasó.
Afirmó que antes la castración de perros “se hacía en los comunales, y a nosotros nos quedaba bárbaro porque ahí podíamos ir muchos más veterinarios a castrar; después los comunales se empezaron a usar para cosas de gastronomía, para talleres, para merenderos, y no es oportuno estar haciendo actos quirúrgicos sobre animales con el resto de las cosas, no era compatible”.
EL CAMIÓN Y LOS MATERIALES
Pérez sostuvo que fue “por eso (que) se implementó el uso del camión el que tiene un límite, nos permitió llegar a muchos barrios, que eso estuvo bueno, pero es chiquito el lugar, sólo hay tres mesas adentro, no podemos hacer más”.
“La intendencia pone absolutamente todos los materiales para la cirugía sea hecha con los materiales que tiene que ser, con hilo reabsorbible, con el anestésico adecuado, con el antibiótico, con el analgésico”, explicó.
Advirtió que “la persona que lleva el animal a castrar, si al otro día tiene algún problema que pueden surgir, tiene que llamar al refugio municipal que está en la Ruta 39 que ahí también hay un veterinario, forma parte del centro médico, y la intendencia, y él, si hay que volver a suturar a un animal o lo que sea, él lo hace: tenemos respuesta el día después”.
“El móvil solamente es para castraciones, pero lo que ha pasado es que nos queda chiquito, tengo entendido que en San Carlos la junta tiene un ómnibus grande, amplio, que es un móvil de castraciones y es mucho más cómodo que el nuestro porque creo que tiene como seis mesas adentro”, comparó.
Aclaró que “hemos ido a castrar a Piriápolis, hemos ido a castrar a Pan de Azúcar, nos hemos movido por varios lugares”.
“Estamos arrancando ocho y media de la mañana y se termina a las dos de la tarde, aproximadamente, ahora la persona que quiere ir debe asumir que como es un servicio gratuito tiene que hacer una cola y hay gente que está desde las siete de la mañana para agarrar su lugar y le castramos el perro a la una”, comentó.