Facebook Twitter WhatsApp

El primero de los casos ocurrió en la noche del domingo 12 de enero. Personal del Grupo Especial de Patrullaje que circulaba por Punta del Este, decidió detener y pedir documentos a un muchacho que viajaba en una moto realizando piruetas para hacerse notar.

Cuando le pidieron la documentación, el chico dijo que no la tenía, ni la suya ni la del vehículo, y advirtió que carecía de permiso para conducir.

Fue llevado a la sede de la Seccional 10ª de policía, desde donde se avisó a la sede judicial de turno. Los efectivos recibieron orden de entregar el muchacho a los mayores. Fue ubicado el padre del jovencito, se le citó y le entregaron al muchacho.

CASO DOS

Un equipo de la brigada de Hurtos de la Seccional 10ª de Punta del Este circulaba atenta por la calle Naciones Unidas en la madrugada, cuando vieron a un grupo de cinco varones que les llamó la atención.

Cuando iban a moverse para hablar con ellos, los muchachos salieron corriendo en distintas direcciones.

Un poco más tarde uno de los jóvenes del grupo fue ubicado en las cercanías. Cuando fueron a interceptarle el paso, recibió a los efectivos policiales con insultos soeces y desafiantes. Consiguieron reducirle y llevarlo a la comisaría.

Avisado el magistrado penal de turno, dio la orden que se lo devolviera a sus mayores. Ubicados los mayores a cargo del muchacho, que sólo tiene 15 años de edad, se lo entregaron explicándoles la razón por la que se procedía a ese trámite.

CON MOTO DE TIRO

Dos chicos menores de edad desde el punto de vista penal, caminaban en las últimas horas por Aparicio Saravia llevando una moto de tiro.

Pasó personal de la Patrulla Montada que notó su presencia y les pidió que se identificaran, tanto ellos como el vehículo.

Los chicos dijeron que no tenían documento alguno, ni de ellos, ni de la moto. Una revisión experta de uno de los efectivos policiales le permitió saber que el número del motor de la moto había sido alterado.

Se marchó con los dos muchachos a la comisaría, desde donde se dio cuenta a la juez penal de turno.

La magistrado ordenó a los efectivos policiales que devolvieran los muchachos a sus padres. Los padres fueron ubicados, concurrieron a la comisaría y se marcharon con los muchachos.