Al profesor Vaz lo mataron por 10 mil pesos
Justicia 23:00

Al profesor Vaz lo mataron por 10 mil pesos

Los dos hombres signados como los sicarios que dieron muerte al profesor Edwar Vaz el 9 de julio de 2018 fueron contratados en Montevideo por la suma de diez mil pesos. Alejandro Alberti, de 22 años y poseedor de antecedentes penales cobró 3 mil por encargarse de hablar con el profesor por el portero eléctrico y hacerlo bajar a la puerta de su edificio. Raúl Marcelo Barboza, de 38 años y también poseedor de antecedentes, recibió 7 mil por disparar contra la víctima. Ambos fueron formalizados en la noche de este miércoles como autores de un homicidio muy especialmente agravado tanto por la premeditación como la promesa remuneratoria.

Alejandro Alberti es consumidor problemático de sustancias. Esa situación generó que se alejara de su familia y de su hogar montevideano y que desde hace un tiempo viva en situación de calle, limpiando vidrios.

En julio del año pasado solía situarse para ofrecer la limpieza a los conductores en una zona de la capital en donde también reside otro de los imputados en el caso Vaz, Mathias Guarteche.

Fue definido por la fiscal Andrea Naupp como un joven que se expresa de forma correcta y con buen vocabulario. Poseedor de al menos un antecedente penal, pronto fue de conocimiento de Guarteche que Alberti merodeaba por su barrio, limpiando vidrios y sin hogar fijo.

Fue la condición de "buena oralidad" de Alberti la que hizo que a la hora de buscar personas que se encargaran de asesinar a Edwar Vaz, Guarteche lo eligiera como un candidato posible.

Y es que el otro formalizado, Raúl Marcelo Barboza -múltiple reincidente y actualmente cumpliendo pena en Canelones por un delito de hurto especialmente agravado- es la cara opuesta del delgado y de apariencia débil muchacho.

Barboza es de aspecto tosco, con voz grave y tono áspero, voluminoso de físico. A él fue quien eligió Guarteche para disparar contra Vaz pero sabía que era imposible que con su forma de expresarse y la edad que se trasluce cuando habla fuera capaz de convencer al profesor, portero eléctrico mediante, de que era novio de una amiga de su hija.

Mathías Guarteche, hasta ahora formalizado como cómplice penalmente responsable de un delito de homicidio, en primera instancia y de acuerdo a lo relatado por la fiscalía, tuvo una participación mucho más comprometida en el plan y ejecución que llevó a la muerte de Vaz.

Amigo de años de Mauro Machado (al momento del crimen pareja de Luluky), no sólo fue el chofer que trajo a Alberti y Barboza desde Montevideo, sino que fue quien, a pedido de Mauro, buscó a los candidatos para ejecutar el plan. También les indicó el rol que tendría cada uno, les explicó lo que debían hacer y cómo y en el caso de Alberti hasta lo hizo bañar y le dio ropa para que éste usara el día del crimen.

También fue quien de regreso a Montevideo se encargó de pagarle a los sicarios el dinero pautado: 3.000 pesos a Alberti y 7.000 a Barboza, aunque en este caso se le había prometido una cifra mayor que nunca se completó.

De acuerdo a lo informado a FM GENTE la imputación inicial de Guarteche podría cambiar en poco tiempo cuando se concrete la instancia de acusación y de paso al posterior juicio.

Durante la instancia judicial de esta noche, la Dra. Naupp volvió a relatar los detalles y la cronología que culminaron con la muerte de Vaz de un disparo en la cabeza en la vereda de su edificio de Avda. Lavalleja.

Del relato surgió que Alberti, tras el hecho, le había contado a un tercero todos los detalles del "trabajo" en el que había participado.

Para el mes de junio la fiscalía había logrado establecer la identidad de los sicarios y se había librado orden de captura pero la situación de calle de Alberti hizo que hasta este martes no fuera ubicado en Montevideo. De Barboza, en cambio, que ya estaba en la cárcel, no se conoce la razón por la cual recién en esta jornada fue trasladado a Maldonado.

Alberti sólo habló en la audiencia para responder con monosílabos las preguntas que le hizo el juez. Todo el tiempo usó una capucha y trató de ocultar su rostro con una especie de cuello alto. Barboza, en cambio, no intentó esconderse, se mostró sorprendido cuando la prensa ingresó en la sala, dijo no recordar su número de cédula y tuvo dificultades para decir en qué año había nacido. Avanzada la audiencia pidió al juez González Camejo para hablar y preguntó que pruebas tenía fiscalía contra él. Dejó entrever que no podría haber huellas suyas en un arma y que tampoco podía haber filmaciones con su rostro.

Entre el público que siguió las alternativas de la instancia, se encontraba la madre de Vaz, su hermana y su pareja, quien estaba con el profesor la noche en que Alberti llamó por el intercomunicador y se presentó como novio de una amiga de la hija del docente.

Las tres mujeres escucharon que a Vaz lo habían matado por 10 mil pesos y siguieron atentamente los detalles revelados por la fiscal.

Barboza, ahora formalizado por esta causa, regresaba esta misma noche a la cárcel de Canelones para continuar cumpliendo la pena por lo que no fue necesario pedir medidas cautelares. Para Alberti la fiscal solicitó, y le fue concedida, una medida cautelar de prisión preventiva hasta el 21 de agosto -igual que el resto de los 5 formalizados anteriores por esta causa-, fecha en la que Naupp tiene planeado presentar la acusación formal contra los siete.

La defensora de oficio de Alberti dio a conocer en la audiencia que su cliente había recibido amenazas en su contra y la de su familia en el marco de esta causa y pidió que se ordenaran medidas de seguridad para preservar que no sufra ningún atentado durante el tiempo que pasará en prisión esperando el juicio. Si bien no dio a conocer la identidad de quien o quienes amenazaron a Alberti, los detalles brindados indican que provendrían de otro de los formalizados en esta causa.

Además del cambio que podría darse en la situación procesal de Guarteche, tanto la ex pareja de Lulukhy como el resto de los implicados también podrían sufrir alteraciones en sus imputaciones si se prueba que, finalmente, tuvieron mayor participación que la hasta ahora conocida.

Para la fiscal, está claro que la muerte de Vaz fue fruto de un plan premeditado, donde cada uno de los siete implicados cumplió un rol específico.

QUIEN ES QUIEN
Tras un año de investigación, la fiscal Andrea Naupp formalizó a siete personas:

Luluhy (Lulu) Moraes, ex esposa de Vaz y madre de sus dos hijos. Dueña de Gipsy Queen, la residencia también conocida como "La Mansión del Sexo", en la que organizaba fiestas swingers. Múltiples testimonios señalan la pésima y turbulenta relación que mantenía con Vaz tras su separación y un reclamo de más de un millón de dólares que el profesor presentaría contra ella habría sido el punto decisivo que impulsó el plan para matarlo. Pareja de Mauro Machado al momento del hecho, durante una audiencia del caso meses atrás dio a conocer que la relación con éste estaba acabada y también sostuvo que había recibido amenazas de su parte. Denunció ser víctima de malos tratos en la cárcel y relató situaciones de presunta corrupción de funcionarios encargados de la custodia de las presas. Está formalizada como co-autora de un delito de homicidio especialmente agravado.

María Leticia Giachino, "hermana de la vida", como la definió Lulukhy, vivía junto a Moraes en Gipsy Queen y también participaba de la organización de fiestas swingers. Fue quien se encargó de comprar -tratando de disfrazar su identidad- los teléfonos celulares que se les dieron a los sicarios, y que se usaron sólo el día del crimen de Vaz. Está formalizada como cómplice de un delito de homicidio especialmente agravado por la premeditación.

Carlos Mauro Machado, pareja de Lulukhy al momento del homicidio, vivía junto a ella y Leticia en Gipsy Queen. Fue quien integró a Guarteche al plan y al que le encargó buscar a los sicarios. También se encargó de inspeccionar la zona en donde vivía el profesor buscando el lugar más conveniente para estacionar el vehículo en el que trasladaron a los sicarios hasta el edificio. Formalizado como coautor penalmente responsable de un delito de homicidio agravado por la premeditación.

Mathías Emmanuel Guarteche Viera, amigo de la infancia y del barrio de Mauro, en Montevideo. Hasta ahora se conocía su rol de chofer de los sicarios desde y hacia la capital aunque tras la audiencia de este miércoles se supo que su participación fue mucho mayor. Eligió, convenció, contrató, dio instrucciones y pagó a los sicarios, además de encargarse del traslado. Formalizado como cómplice penalmente responsable de un delito de homicidio.

Franco Silvera, conocido como el jardinero de Gipsy Queen, acompañó a Mauro en las inspecciones por los alrededores del edificio de Vaz y en su auto fue a buscar a los sicarios al punto de encuentro en Playa Mansa hasta donde los había traído Guarteche. Les dio los celulares, los llevó hasta lo de Vaz y luego se encargó de devolverlos al mismo punto donde los aguardaba Guarteche. Desde el inicio del caso dijo haber sido amenazado por Mauro Machado. Formalizado como coautor de un delito de homicidio.




fotos: Marcelo Umpiérrez

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