Agencias internacionales
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MURIÓ PACO RABANNE. Francisco Rabaneda Cuervo (Pasajes, Guipúzcoa, 18 de febrero de 1934), más conocido como Paco Rabanne, es un diseñador de moda español conocido por sus creaciones textiles y por su marca de perfumes. El diseñador español Paco Rabanne, que introdujo el uso del metal en la moda y que fundó una conocida línea de perfumes, murió este viernes 3 de febrero a los 88 años, informó la casa matriz, Puig.

“Paco Rabanne hizo de la transgresión algo magnético. ¿Quién sino él podía convencer a la mujer parisina para que exigiera vestidos hechos de plástico y metal?”, explicó Puig en su comunicado.

“Su espíritu rebelde, radical, le dio un nombre aparte. Solo hay un Rabanne. Su fallecimiento nos recuerda de nuevo su enorme influencia en el diseño contemporáneo, un espíritu que pervive en la casa que lleva su nombre”, declaró José Manuel Albesa, presidente de la división de productos de belleza y perfumería de Puig.

Esta casa inició una colaboración con el diseñador en 1968, con un primer perfume, Calandre, que tuvo un gran éxito. Fue el principio de una exitosa variante que llegó a tiempo para Rabanne, que había causado sensación veinte años antes con sus vestidos hechos de placas metálicas, o enteramente de plástico.

“Su visión era atrevida y provocadora”, recordó el comunicado de Puig, que compró totalmente Paco Rabanne en 1986.

MÍSTICO Y VISIONARIO

Además de sus perfumes y diseños vanguardistas, Paco Rabanne fue el primero en hacer el vestido más caro de la historia en los 60.

Se trataba de una prenda de oro y diamantes. Ese minivestido, de corte recto y manga larga, pesaba nueve kilos y tenía mil placas de oro.

Se trató de la prenda más cara del mundo creada hasta la fecha y fue vestido por Françoise Hardy.

Antes de dar un golpe de opinión y llegar al mundo de la moda Rabanne financió sus estudios de Arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París con croquis de diseños que enviaba a las revistas de moda, dibujos de accesorios y creaciones que ya avanzaban el estilo Rabanne, geométrico, minimalista y depurado.

En los años 60, cuando empezó firmando como Frank Rabanne, sus accesorios hechos a mano eran vendidos a sus colegas de la alta moda francesa, desde Balenciaga hasta Givenchy, pasando por Nina Ricci o Pierre Cardin.

Aunque sin duda el momento clave de su carrera fue la presentación de su primera colección, Manifiesto, en 1966: “12 vestidos imposibles de vestir en materiales contemporáneos”.

Aquella moda futurista dejó anonado al “establishment” y en ocasiones aburrido mundo de los salones de moda.

Dos meses después volvió a revolucionar la industria con el primer espectáculo-desfile de la historia, una colección de estilismos veraniegos mostrados por las bailarinas del cabaret Crazy Horse, conocido por su estilo "western".

Sus creaciones de ropa fueron completadas con una creciente colección de perfumes que hoy -como en tantas casas de moda- representa la riqueza de la marca, que está en manos de la multinacional Puig.

Rabanne se retiró de las pasarelas en 1999 y su firma quedó en un limbo durante más de una década, con fichajes que fracasaron en su intento por revitalizarla. Pero en 2013, la llegada del francés Julien Dossena dio un vuelco a la marca y consiguió volver a posicionarla revisitando los éxitos de 1960.

Excéntrico fuera y dentro de las pasarelas
Excéntrico en la moda y en la vida real, Rabanne publicó varios libros sobre sus experiencias paranormales y defendía haber tenido varias vidas: haber conocido a Jesús, a Luis XIV, haber visto extraterrestres y haber asesinado a Tutankamón.

El diseñador, fallecido este 3 de febrero en su residencia de Portstall (en la Bretaña francesa), aseguraba tener en realidad 75.000 años. Redujo sus predicciones en público a partir del año 2000, tras haber augurado (y fallado) que una estación espacial se estrellaría contra París en agosto de 1999, pero siguió compartiendo sus visiones y estrafalarias ideas en revistas especializadas.

Con Rabanne, reconocido con los mayores méritos en Francia y endiosado por todos sus sucesores en el mundo de la moda, se ha ido uno de los últimos testigos de una época. Aquella en la que aún parecía posible inventar algo nuevo y revolucionario.

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