El histórico chalet "Aldebarán", ubicado en el barrio Parque el Golf de Punta del Este, está siendo demolido. Desde hace algunos días comenzaron las tareas en tal sentido y en el predio de 18.679 m2 se comercializarán 11 lotes de 1.200 a 1.500 m2, en el marco de un desarrollo inmobiliaria denominado "Amélie".
El predio se encuentra en la avenida Laureano Alonso Pérez y la calle Del Agua, donde se ubica la mansión de 1.360 m2 edificados, desarrollada en dos plantas. Una parte contigua ya se encuentra en plena demolición, según observó un cronista de FM GENTE.
Este suntuoso chalet fue construido en la década de 1940 por el arquitecto argentino Arturo Dubourg (1913-2003), que por aquel entonces encaró una serie de residencias de gran nivel en ese mismo barrio.
Se estima que Dubourg diseñó y edificó cerca de un centenar de lujosas fincas en Punta del Este, entre ellas el Hotel L´Auberge, ubicado a unos 100 metros de la residencia que perteneciera Amalia Fortabat.
El día de su cumpleaños, el 15 de agosto de 1955, Amalita recibió de su segundo esposo, el abogado Alfredo Fortabat la foto de una casa como regalo. Cuentan que le dijo “es tuya, queda en Punta del Este, podés hacer con ella lo que quieras”, según se publica en el libro "Al Este de la Historia" de los periodistas y escritores, Silvia Pisani y Diego Fisher.
Lo primero que hizo Amalita al tomar posesión de su finca de verano, fue bautizarla y la llamó Aldebarán, nombre de la primera estrella de la constelación de Tauro.
Durante 21 años, Fortabat y su mujer veranearon en Aldebarán. El 9 de enero de 1976, el empresario y abogado argentino sufrió un severo quebranto de salud y fue trasladado por una ambulancia hasta el aeropuerto de Laguna del Sauce, desde donde un avión sanitario lo transportó a Buenos Aires. Horas después murió. Tenía 82 años.
Posteriormente la viuda pasó un tiempo sin ocupar la casa aunque luego cambió de opinión y volvió a la mansión del golf. En sus últimos años construyó otra casa en José Ignacio, donde se recluía para escapar del bullicio de un barrio que había crecido considerablemente mientras que mantenía Aldebarán hasta que fue vendido el año pasado por su hija y única heredera junto a hijos y nietos.
La casa tenía una historia propia, había pertenecido a uno de los primeros extranjeros que eligieron Punta del Este para vivir de forma permanente. En este caso fue un norteamericano, accionista muy importante del laboratorio que fabricaba el digestivo Alka Selzer. El hombre estaba gravemente enfermo de cáncer y buscó en Punta del Este el lugar para pasar sus últimos días. Pero lejos de morirse, se recuperó y vivió más de una década. Siempre atribuyó un poder curativo a estas playas, en aquella época semi desiertas pero abrazadas por bosques de pinos, según recoge la publicación de marras.
(Foto: Prensa FM GENTE)