Facebook Twitter WhatsApp

Cardozo, asistió a la entrevista acompañado por Matías Mendiondo, también integrante de Aufoje, y Silvano López, comerciante de Cerro Pelado que tiene cinco máquinas. El titular de Aufoje fundamentó su defensa en que no se consideran una actividad ilegal y constituyen un medio de vida para centenares de comerciantes pequeños que encuentran en las máquinas un ingreso extraordinario.

Estimó en más de 10 mil las personas que viven directa o indirectamente de las máquinas tragamonedas, incluyendo a técnicos, electricistas, carpinteros, y fleteros que las distribuyen, entre otros. “Barrer de un plumazo, indiscriminadamente a todos, como está pasando hoy en Maldonado, no puede ser, de ninguna manera”, dijo, con tono indignado, en medio de su defensa.

MÁS DE 40 EMPRESAS ASOCIADAS

Cardozo expuso que Aufoje está constituida por más de 40 empresas que se dedican de alguna manera a la actividad de las máquinas tragamonedas en los barrios de todo el país.

Afirmó que el 8 de junio Aufoje cumple nueve años de constituida como asociación, y afirmó que hace nueve años que están procurando que se reglamente su actividad para crear un ámbito de seguridades en un negocio que necesita invertir y trabajar tranquilos.

En un prolongado relato que se extendió por más de 26 minutos sin cortes, Cardozo deslizó lo extraño de que no se haya conseguido todavía consenso político para reglamentar la actividad de las tragamonedas. Y más sorprendido se mostró de que la Intendencia de Maldonado de un paso hacia la prohibición de ese negocio.

“Llama la atención por el lugar, porque este departamento es el que tiene la expresión mayor en lo que es juego privado y del Estado; acá se desarrollan los casinos más importantes del país, y nos llama la atención de que en este departamento sea donde se trata esto” de prohibir las tragamonedas en comercios de barrio que aportan sus impuestos, razonó.

UNA REGLAMENTACIÓN DE HECHO

Cardozo detalló el tipo de máquinas que explota la asociación que preside, y entre ellas mencionó las fonolas, máquinas que a cambio de una moneda, permite escuchar un tema musical a elección de una lista.

“Nosotros la fonola la hemos reglamentado por nuestra cuenta haciendo un acuerdo con Agadu (Asociación General de Autores del Uruguay), con la Cámara Uruguaya del Disco, donde hacemos aportes mensuales para que toda la música que se escucha en las fonolas que controla Aufoje paguen a los autores lo que les corresponde por el trabajo que ellos hicieron”, dijo.

Agregó que “esto es algo digno de mencionar porque con eso se puede ver el espíritu que tiene Aufoje para tratar de que las cosas vayan por el camino correcto, y tener la posibilidad de trabajar”.

“Hemos venido bregando por las tragamonedas y no las hemos podido reglamentar aún; no obstante, en este último gobierno, se ha creado en Montevideo una comisión que es interna, del Frente Amplio, del partido de gobierno, para reglamentar la actividad”, aseguró.

Cardozo puso a Aufoje enfrentada a las grandes superficies que agrupan 50 o 60 máquinas, a las que considera su competencia, y también a quienes ejercen el juego ilegal. Puso el ejemplo de que fue la asociación que preside la que denunció un casino clandestino en Rivera, a través de su abogado, Gerardo Dibbern, y lo hizo cerrar, como prenda de que no están con la actividad ilegal.

NO HAY CIFRAS, ACEPTAN CONTROLES, Y LA PROGRAMACIÓN

Cardozo aseguró que Aufoje está dispuesta a aceptar que instituciones oficiales o para oficiales les controlen la actividad de las tragamonedas, pero aseguró, junto a Mendiondo, que no estaban en condiciones de dar cifras aproximadas sobre lo que mueve el negocio.

“Estamos totalmente de acuerdo en que nos podría controlar las máquinas el día que se reglamentara, la Dirección de Comercio, si quiere, el LATU (Laboratorio Tecnológico del Uruguay), si fuera posible; nosotros no tenemos inconveniente en eso”, afirmó Cardozo.

Mendiondo dijo que el dinero que mueve el negocio “es un tema muy difícil de precisar, porque aparte está muy repartido, son muchos locales; lo que sí puedo asegurar es que no es para hacerse millonario, ni nada por el estilo; es un pequeño ingreso que ayuda y colabora” con el comerciante que tiene las máquinas.

Al final de la entrevista, López, que tiene un pequeño negocio en Cerro Pelado, Maldonado, que se ayuda con cinco máquinas tragamonedas, refirió a algo que no había sido abordado en la entrevista: que las máquinas están programadas para pagar premios una vez que se aseguran determinada ganancia.

“La máquina cada tanto que le entra, tanto paga; la programación no la conozco, pero que pagan, pagan”, afirmó López con naturalidad.

PREMIOS, LECHERO DE ANSINA, DE LOS SANTOS, VÁZQUEZ

Cardozo explicó que el sistema de las tragamonedas establece que las ganancias se reparten a medias entre el Aufoje y el comerciante que las pone en su local, pero luego López introdujo otra novedad: los premios los paga el comerciante. “Hubo semanas que he salido casi empatado, también, la misma plata que me ha entrado es lo que he pagado de salida”, dijo.

El presidente Aufoje estimó que los premios llegan a los 3.000 pesos, cuando salen, y la ficha tiene un costo que está entre los dos y los 10 pesos. “Como el monto de juego es tan pequeño, nadie se va a enloquecer ni va a vender una casa para jugar en las máquinas”, dijo Cardozo.

“El entretenimiento es tal que nosotros decimos que si se prohíbe esto, el tambero que vive en pueblo Ansina, que termina la jornada y va al boliche a tomarse una copa, ¿no tiene derecho a tirarse unas monedas? ¿Se tiene que poner el traje y venirse al Conrad? ¿Por qué? ¿Por qué esa injusticia? ¿Por qué esa discriminación?”, hilvanó, casi de forma provocativa.

Relató que Tabaré Vázquez, cuando ejercía la Presidencia de Uruguay, aprobó un proyecto a enviar al Parlamento prohibiendo la actividad. Dijo que Aufoje realizó una manifestación que calificó de “multitudinaria” de personas que viven de las tragamonedas en torno al Palacio Legislativo, y que él se fue a ver a Vázquez, le informó el funcionamiento del negocio, y terminó diciéndole que estaba mal informado.

“Al otro día el secretario de la Presidencia me llamó por teléfono para decirme que nos quedáramos tranquilos que él retiraba el proyecto de ley para prohibirnos”, afirmó.

Consolidó indicando que está “seguro que el amigo De los Santos no conoce a pleno lo que pasa con las máquinas, cual es el tipo de máquinas que hay, que es lo que en realidad piensa Aufoje, y que es lo que él tiene que atacar debidamente”.

zl