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El Centro de Tratamiento de Adicciones de El Jagüel atiende entre 15 y 20 personas a esta altura del año, una cifra que triplica a la de anteriores veranos según estimaciones del encargado de Políticas de Adicciones de la Intendencia de Maldonado, Gabriel Freitas.

De hecho, indicó que han ido aumentando las consultas en los centros de escucha, por variadas preocupaciones: desde padres con hijos de ocho o nueve años que presentan “problemitas” hasta “gente muy adulta” que ya tiene un serio problema.

“Pronostico un inverno de mucho trabajo en el tema de adicciones”, comentó Freitas, quien afirmó que la pasta base es la “punta del iceberg” en cada consulta pero existe un trasfondo mucho más preocupante, que suele iniciarse “a temprana edad”.

Un problema, según el experto, es que la sociedad “ya no se escandaliza” cuando ve a un chico de ocho o diez años con problemas de abuso de alcohol. El otro es que Maldonado ingresó en una "segunda generación de adictos" donde son los padres quienes inician a sus hijos en el consumo.

Freitas entiende que está bien que se le pida al gobierno que aplique medidas para combatir y controlar el consumo de las drogas, pero también reclamó la responsabilidad de los padres que permiten o celebran el alcoholismo de sus hijos menores de edad.

LA SEGUNDA GENERACIÓN

Freitas dijo que hubo casos donde los padres fueron denunciados por permitir el consumo de sus hijos y que, en otros, ha intervenido el INAU. El problema, dijo, es que ya se está viendo “la segunda generación de consumidores”.

“Cuando uno ve un chico de ocho o diez años con problemas de consumo, es porque tiene padres que también consumen. Consumen juntos y si no hay en la familia alguien sano, es cuando interviene el INAU, que en mucho casos termina absorbiendo a esos chicos”, dijo Freitas. Aclaró que los casos “no abundan” pero antes no se veían: “son uno, dos o tres, pero hay que intervenir rápido de tratamiento y seguimiento”.

CADA VEZ MÁS CHICOS

El consumo abusivo de alcohol es “notorio-notorio”, enfatizó Freitas, basado en el trabajo realizado el año pasado con alumnos de tercer y cuarto año de los centros educativos públicos y privados del departamento. Buena parte admitió que, a los catorce o quince años, han sufrido episodios de abuso de alcohol.

Por eso llamó a la responsabilidad de los padres. “Estamos viendo gurises de once o doce años que van a fiestas donde toman alcohol. Ahí es donde se tiene que actuar como sociedad, hay que empezar a reflexionar desde el hogar y no esperar a que después el gobierno les dé una solución”, advirtió.

De hecho, este año Políticas de Adicciones comenzará a hacer prevención a nivel de las escuelas porque siente que en los liceos “está llegando tarde”.

MR