El catamarán Ice Lady Patagonia II fue especialmente diseñado para investigaciones científicas en las heladas aguas del Sur pero es, al mismo tiempo, una embarcación de placer única en Latinoamérica. Su magnificencia, sin embargo, no superó la furia del viento en la bahía de Maldonado. La “joya del agua” fue rescatada por las aguerridas naves de Prefectura.
El lce Lady Patagonia II tuvo su bautismo en noviembre de 2011 y unos meses después ya estaba participando de una expedición de científicos en el Sur argentino. Su creador, el ingeniero Néstor Völsker, lo dotó con instalaciones aptas para 15 personas no marinas: tiene siete camarotes y ocho baños, cocina con menú diario, entre otras comodidades.
El Ice Lady II está diseñado para navegar a vela, sin emisión de contaminantes al medio ambiente. Sus motores, para maniobras en puerto o casos de emergencia, cumplen con las máximas exigencias europeas de no contaminación.
En caso de usarlos, el Ice Lady Patagonia II se propulsa mediante turbinas de agua, lo que evita cualquier agresión a la fauna subacuática o la rotura de los hielos de la Antártida, explicó su creador a diferentes portales y medios argentinos. Esto lo hace único en su estilo.
"No hay ningún velero en el mundo con este sistema de propulsión de turbinas de agua. Sí se usa en motos de agua, o en el ferry de Buquebus”, señala la Asociación de Exploración Científica Austral –propietaria de la embarcación- en su sitio web.
Está construido en aluminio y aislado con cien metros cúbicos de espuma de polietileno que oficia como un gran salvavidas. “Se podrá romper pero nunca, hundir”.
La embarcación es considerada ejemplar. “No hay en toda Latinoamérica un yate de placer con estas características” y fue clasificado en la categoría Green Star, de barcos que no polucionan.
Los residuos sólidos se separan en cuatro categorías: orgánicos, plástico, vidrio/metal y papel, para lograr simplificar las tareas de reciclado. Los residuos cloacales y líquidos generados por el barco son tratados para regresar al mar agua limpia o bien para reutilizar.
Está equipado con dos turbinas eólicas que, con una intensidad de trece nudos de viento, funcionan al máximo y no es necesario encender los generadores para el consumo diario de a bordo.
También dispone de dos grupos electrógenos para generar 220 voltios y cargar las baterías, además de los dos alternadores de los motores. Además, pantallas de energía solar alimentan el instrumental: chartplotter, sonda y radar. También cuenta con ecosonda, corredera, piloto automático y estación meteorológica.
La implementación del sistema led en toda su iluminación, tanto de cabina como de navegación, logra un significativo ahorro de energía. Cuenta, además, con un sistema de recolección de agua de lluvia para 15 tripulantes.
Los residuos sólidos son separados en cuatro categorías (orgánicos, plástico, vidrio-metal y papel), logrando así simplificar las tareas de reciclado. Los residuos cloacales y líquidos generados por el barco, son tratados para poder ser regresados al ecosistema sin generar daño alguno.
Aunque amigable con el medio ambiente, el Ice Lady II fue vencido el martes 1º de enero por el viento y el oleaje de la bahía de Maldonado, en cuyo lecho terminaron numerosas embarcaciones a lo largo de los siglos. Esta vez, el intenso trabajo de las aguerridas embarcaciones de la Prefectura y los rescatistas de ADES impidió que "la joya acuática" del Sur sufriera mayores daños.
(texto y fotos en base a www.iceladypatagonia.com.ar)