L.G.L.F., de 63 años, fue procesado, con prisión, en la tarde de este viernes por la justicia de San Carlos que le imputó tres delitos reiterados de violación en régimen de reiteración real. Se trata de quien había denunciado haber sido víctima de una rapiña y agresión por parte de dos jóvenes mujeres y un hombre pero que, con el transcurso de las indagatorias, se supo que los actos de las mujeres eran en venganza de abusos sexuales cometidos por L.G.L.F. varios años atrás. El ahora procesado había recibido un golpe en la cabeza que le impidió ser indagado por la justicia hasta este viernes.
HISTORIA
La historia de este caso comenzó a conocerse a partir que el imputado de 63 años se presentó ante la policía y denunció que mientras caminaba por la calle Fajardo, de San Carlos, el martes 24 de noviembre a la tarde, había sido abordado por dos individuos que lo agredieron y robaron.
Según esa misma denuncia, los desconocidos le sustrajeron un anillo de plata con las iniciales LB, una alianza de oro y dos celulares.
La policía comenzó a investigar los hechos que indicaban una rapiña y detuvo a varias personas.
Sin embargo, en el transcurso de las declaraciones de los detenidos y las actuaciones posteriores en el juzgado, se pudo establecer que, en realidad, los hechos distaban de lo denunciado por el individuo.
De acuerdo a lo contado por la joven A.L.T.C., de 20 años, en momentos en que ella y su hermana de 17 años, acompañadas de otro joven, se encontraban próximos a la zona de La Alameda, vieron venir caminando al sexagenario. A.L.T.C. le indicó a sus compañeros que se apartaran y en el momento en que se cruzaron con el hombre, éste la abordó y le propuso tener un encuentro sexual.
En primera instancia la joven se negó pero luego aceptó la propuesta y ambos se dirigieron hacia un lugar más apartado de La Alameda. Cuando estuvieron solos, la joven pidió que el hombre le diera dinero y éste ofreció cien pesos lo que generó una discusión entre ambos.
En determinado momento, y siempre de acuerdo a la declaración de A.L.T.C., el hombre intentó quitarle los pantalones y entonces ella comenzó a gritar y ante esto, su hermana y el otro joven que se encontraban en las cercanías acudieron hasta el lugar donde discutía la pareja.
Fue entonces cuando su hermana menor de edad y el otro joven la ayudaron y, entre los tres, ataron los pies y las manos del sexagenario con cordones de zapato, lo amordazaron y le vendaron los ojos. Finalmente, le propinaron un golpe en la cabeza con un fierro que había en el lugar.
Mientras esto ocurría, la joven de 20 años le dijo al hombre que la acción era en venganza a un hecho sucedido trece años atrás cuando, supuestamente, el sexagenario abusó sexualmente de ella.
Al mismo tiempo lo despojaron del anillo y la alianza de oro y los celulares aunque no abandonaron el lugar sino que luego de perpetrar toda la acción, lo desataron, quitaron la venda y le dijeron que se fuera para su casa ya que el hombre decía estar mareado por el golpe en la cabeza.
Con estos elementos, la justicia estableció que en realidad la rapiña denunciada no había existido y que los agresores, o al menos la veinteañera, era conocida de la víctima.
Es así que la jueza actuante dictaminó el viernes 27 del mes pasado el procesamiento con prisión de R.P.S., de 25 años, como autor de un delito de justicia por mano propia. Se trata del joven que acudió ante los gritos de A.L.T.C. y que junto a ésta ató al sexagenario.
También se ordenó el procesamiento, sin prisión, de A.L.T.C. como autora de un delito de justicia por mano propia y en cuanto a la menor que se encontraba con ellos, la justicia ordenó el inicio del procedimiento como adolescente infractor por encontrarla autora de un delito de justicia por mano propia, en concurrencia fuera de la reiteración real, con un delito de lesiones graves.
Finalmente, la justicia ordenó que el sexagenario fuera conducido por la policía a declarar a sede penal, pero en virtud del golpe recibido en esa oportunidad permaneció internado varios días hasta que este viernes compareció ante la justicia que lo envió a la cárcel, cerrando un caso que estaba oculto y que saltó en las últimas semanas en la ciudad de San Carlos.