La Facultad de Ciencias de la Universidad de la República inaugurará esta semana el primer Observatorio Geofísico del país, que funciona en Aiguá. La geóloga Leda Sánchez, directora del Instituto de Ciencias Geológicas, destacó en FM Gente la importancia de esta estación para detectar efectos magnéticos sobre las telecomunicaciones y prevenir sismos que, aunque parezcan fenómenos lejanos, también pueden ocurrir en Uruguay.
Las principales autoridades nacionales y departamentales realizarán el viernes 14 la presentación oficial del primer observatorio conectándose con los científicos de la estación vía Internet, desde la sala de actos de la Facultad de Ciencias en Montevideo.
Los científicos del Instituto de Geología ya comenzaron a recibir los registros de datos del Primer Observatorio Geofísico del país, el cual consta de una estación geomagnética y una estación sismológica.
El sismógrafo y el magnetómetro fueron instalados entre el 11 y 22 de marzo pasado en el Norte del departamento de Maldonado, y ya están conectados con la red de Brasil. Sus registros en tiempo real contribuyen a la red de sismógrafos del Centro Sismológico Internacional y de aquí a un año permitirán hacer un diagnóstico de la situación en Uruguay, indicó Leda Sánchez, este lunes, en FM Gente.
MAPA DE VULNERABILIDAD
La de Aiguá es la única estación del país en su tipo y se necesitarían otras dos para detectar epicentros de movimientos sísmicos. Sin embargo, el equipamiento ya instalado permite registrar desde explosiones en canteras hasta terremotos ocurridos en otros puntos de la región y pequeños "eventos" naturales.
El magnetómetro, en tanto, permite medir los componentes del campo magnético terrestre, que se produce por la actividad solar y puede tener un efecto directo sobre los sistemas de telecomunicaciones.
"Las tormentas geomagnéticas pueden afectar la estructura tecnológica. Ya ha ocurrido en otros países -ha habido fallas en Sudáfrica, en Estados Unidos, y los costos para los estados pueden ser altísimos. Saber qué hacer frente a una tormenta geomagnética es fundamental", advirtió Sánchez.
Por el momento, los científicos recolectan datos de ambas estaciones con la idea de armar un mapa de vulnerabilidad y riesgos.
Cada segundo, cada minutos, de cada día aparecen nuevas mediciones que son procesadas y que, en el caso del magnetómetro, deberán ser acopiadas durante un año para realizar un diagnóstico.
Paralelamente, hay que generar software para mejorar la acumulación e interpretación de los datos, por que Sánchez definió el desafío como "complicado, difícil y trabajoso".
UN FIN SOCIAL
La aspiración de los científicos es que el Estado aporte equipos propios para instalar más estaciones y para sustituir los equipos que ahora cedió en préstamo una universidad de Brasil. Cada aparato cuesta 20 mil dólares y se necesitarían tres.
Sánchez entiende que la importancia de contar con datos fehacientes y puntuales sobre estos eventos naturales no está siendo lo suficientemente valorada en los organismos público con injerencia en el tema.
"Esto tiene un fin social, porque apunta a la educación de las personas para enfrentar estos fenómenos. Y no tiene una sola pata: desde Presidencia, desde los ministerios de Energía (MIEM), de Defensa, y de Educación y Cultura" deberían aportar.
CHAU, MITO
"Decir que en Uruguay no hay sismos es un mito", sentenció la geóloga. Aunque esos eventos se producen mayormente en en zonas de interacción de placas tectónicas y estamos en una zona de intraplacas, eso no quita que no haya movimientos sísmicos. Nos da cierta tranquilidad, pero los eventos existen", remarcó.
Ocurrieron en 1848, 1888, 1988 y 1990, por ejemplo. El últmo tuvo su epicentro en la localidad de La Paloma, Durazno, y fue percibido por la población incluso cuando no existe una cultura de percepción de este tipo de eventos.
"Si no se estudia no se sabe, nos pasa algo y estamos en le horno. Todo apunta a educar a la gente, el saber ayuda a defenderte de un montón de cosas, sobre todo los fenómenos naturales que no podemos manipular", enfatizó.