Oscar Núñez, el taxista que trasladó la noche del sábado a Pablo García desde la Ruta 39 hasta el chalet Los Picaflores, contó los detalles de ese viaje. Núñez ratificó la información brindada este martes en FM GENTE y remarcó que no hubo ningún elemento que lo llevara a sospechar de García, quien le manifestó haber sido víctima de un hurto en el Hipódromo. Recién el lunes por la noche supo la identidad de su pasajero.
El teléfono sonó en la parada de taxis de Marco de los Reyes (centro de Maldonado) próximo a la medianoche del sábado. El telefonista atendió el pedido que realizaba el sereno de una distribuidora de bebidas ubicada en la Ruta 39 que avisaba que se encontraba con un joven que había sido víctima de un hurto y que necesitaba volver a Punta del Este.
En la parada de taxis tomaron los datos, como es habitual con cualquier viaje, incluso con la advertencia del sereno de que llamaba desde su teléfono porque al joven también le habían robado el celular.
El primero en la fila de taxis a esa hora era Oscar Núñez, un empleado que maneja el automóvil por la noche.
Núñez llegó hasta la distribuidora y allí contactó a su pasajero que no era otro que Pablo García, que había llegado hasta el lugar un rato más tarde de que lograra, por segunda vez en esa jornada, huir de la policía.
En diálogo con FM GENTE, Oscar Núñez contó que cuando García subió al taxi el primer diálogo tuvo como centro la narración del supuesto robo del que había sido objeto el joven.
“Subió y me manifestó que le habían robado la moto, la mochila y el celular en el Hipódromo y que iba a Punta del Este. Yo agarré Bvar. Artigas, cuando llegamos cerca del Macro le pregunté a qué parte de Punta del Este iba y me contestó que a la parada 8 y que luego que pasara la rotonda del Novillo Alegre él me indicaba por donde seguir”.
“Después que llegamos a la rotonda me dijo que doblara a la derecha, que es la Avenida París, y después doblamos de vuelta a la calle Cuentos de la Selva, hicimos veinte metros y llegamos al Chalet Los Picaflores”.
El taxista explicó que él quería comprobar si efectivamente García ingresaba a la casa que había mencionado y paró frente al chalet. Además relató que García le había manifestado que, en caso de llegar a la casa y encontrar gente le iba a pagar el costo del viaje en ese momento.
De esa forma fue que chofer y pasajero llegaron hasta el lugar donde horas después García iba a dar muerte a Claudia Von Graevenitz.
El último diálogo entre los hombres fue cuando combinaron que García pagaría el viaje al otro día o a más tardar el lunes, ya que el domingo era el día libre de Núñez. El taxista le dio sus datos y García se bajó del vehículo, caminó unos pasos hacia la entrada de Los Picaflores y se perdió de vista.
Oscar Núñez recién se enteró quién era su pasajero el lunes por la tarde, cuando tomó el turno a las 19 horas. Sus compañeros de parada le preguntaron a qué lugar era que había trasladado al pasajero que no había podido pagar el viaje y él les contestó que al Chalet Los Picaflores, dato que incluso había sido escrito en el pizarrón de la parada hasta tanto no se cancelara el precio del viaje.
Fueron los compañeros del taxista quienes le advirtieron que “había un lío tremendo ahí” porque a esa hora ya se conocía que Claudia Von Graevenitz había sido encontrada muerta en el interior de la casa.
Núñez manifestó que desconocía, incluso, que la policía estuviera buscando a alguien peo admitió que lo que le había llamado la atención fue que Pablo García se había sentado en la parte trasera del taxi, del lado derecho, y que había dejado lleno de barro el asiento.
Dijo que en el interrogatorio policial, los efectivos le habían preguntado varias veces si había sangre y que esto no era así. Contó que el mismo, luego de que García descendió del auto, había limpiado el asiento con un trapo de piso que lleva en el baúl y que estaba seguro de que no habían quedado manchas de sangre.
Agregó que dentro del diálogo con García, éste le había dicho que los supuestos ladrones de su moto hasta le habían llevado un champion y que para qué lo querrían (en realidad el champion lo había perdido en la persecución policial por los montes cerca de Los Ceibos).
“Yo saco la conclusión de que esto es la sociedad que estamos viviendo, está muy complicada” reflexionó García quien también contó que estuvo a punto de ofrecerle al joven desviarse y parar en la seccional 6ª para que hiciera la denuncia del hurto del que había sido víctima pero que, teniendo en cuenta lo que ese desvío iba a sumar en el costo del viaje, se abstuvo de hacerlo.
García fue un pasajero tranquilo, que no mostró nunca ningún signo o conducta fuera de lo normal según relató Núñez quien recordó que su vehículo posee la luz azul de pánico para dar aviso de situaciones peligrosas pero que en ningún momento sintió la necesidad o motivo de presionar ese botón.
Núñez se mostró molesto y desmintió versiones de prensa que habían indicado que él había llevado gratis a García porque “le había parecido buena persona”.
“Me molestó porque yo no hago eso, primero porque soy un empleado y me debo a mi patrón; tengo varios años en esto. A veces si la persona es conocida y nos dice que no tengo plata para pagar y lo hará al otro día lo podemos hacer, pero éste no fue el caso”.
Mencionó que la policía “por lo único que estaba interesada” era por saber si Pablo García tenía sangre y que eso se lo preguntaron varias veces. Sin embargo también dijo que la que sí le había preguntado, varias veces, si él había hecho la denuncia sobre el pasajero que trasladó, era la jueza.
Contó que, de hecho, la magistrada le “reafirmó” que él tendría que haber hecho la denuncia aunque dijo que “no sabía ni entendía” qué era lo que tendría que haber denunciado ya que no hubo nada que justificara radicar una denuncia luego del viaje.
“Si yo hubiera tenido sospechas sobre el pasajero hubiera apretado el botón de pánico, hubiera encendido la luz azul, hubiera ido rumbo a la seccional o lo habría encarado de hombre a hombre” dijo Núñez.
“Yo hice confianza de que este señor iba a pagar al otro día y para mi estaba sacando a una persona del paso” resumió Núñez que finalizó el relato expresando que quería dejar en alto el prestigio de los trabajadores del taxi de Maldonado que brindan un servicio a la población.