Quiroga en el tanque de los fantasmas
“Guacho, marcaste día en el calendario porque hoy volviste a nacer.” La voz del oficial retumbó en la oscuridad y aunque llevaba media hora en el fondo de un tanque abandonado, a 15 metros de profundidad y con varias historias de fantasmas rondando en su cabeza, Alexis Quiroga sonrió. Allá arriba, donde nacía el haz de luz, el rescatista preparaba el descenso.