Adriana Ceballos contó a FM Gente detalles sobre la búsqueda de su madre, Nelly Esther Correa Cifuentes, que el lunes 6 de octubre desapareció sin dejar rastros. Aunque dejó cartas de despedida a sus seres queridos, Adriana Ceballos no ceja en su esfuerzo de encontrarla. “Es como si se la hubiese tragado la tierra”, dice.
“Nadie la vio; vivimos a tres cuadras de Alvariza que es prácticamente como el centro, vivimos a cinco cuadras del centro (de San Carlos), vivimos a dos cuadras de Ejido, vivimos en un punto que, más aquí, más allá, alguien la tuvo que haber visto; es raro, es muy raro que se la haya tragado la tierra”, insistió.
Agregó que “problemas de salud evidentemente tenía al dejarnos cartas a cada uno, al dejar una carta en común, evidentemente tenía un problema que nosotros no lo veíamos”.
ENCUENTRAN OTRAS DESAPARECIDAS
La señora Ceballos contó el costado menos creíble de esta historia: “Desde el mes de octubre, tenemos cantidad de gente que ha llamado a la seccional (policial), tanto en Maldonado como en San Carlos, que la han visto”.
“La policía ha salido y donde dice esa gente no está o encuentran otra persona; en Punta del Este llamó un vecino desesperado, que estaba mi mamá hurgando en un contenedor, y era otra señora”, contó.
Al final sacó una conclusión: “Si bien buscando a mi mamá, hemos encontrado a tres personas desaparecidas”. Fue más efectivo las respuestas de los vecinos que la acción del Estado buscando a personas denunciando desaparecidos.
UN VIDENTE
Ceballos confesó que “recurrimos a Marcelo Acquistapace (vidente), nos dio un croquis, un mapita, salimos a buscarla, incluso la policía nos ayudó, y nada, la búsqueda a cero, volvemos a empezar de vuelta”.
La describió como una mujer de 65 años de edad que aparenta “unos 65 aproximadamente, cutis blanco, cabellos rubios, melena como se le dice, cabello hasta el hombro”.
“Es una persona flaca que tiene rastros de que fue una persona gorda, porque a través de la diabetes bajó de peso muy rápido y se le nota que fue una persona gorda”, advierte.
Consideró que “es fácil, mi madre es fácil, porque gracias a Dios en San Carlos y alrededores todo el mundo los conoce porque son mimbreros, son artesanos”.
“Tiene ojos claros, aparentemente salió vestida con una calza y un bucito color coral, y un saquito que es lo que no aparece”, dijo.
EVIDENCIA DE QUE LO PROGRAMÓ
Mostrando que ya alcanzó el estadio de acostumbramiento a lo que paso, la señora Ceballos cuenta que “al correr de los días vimos que faltaba ropa” de su madre en la casa.
“Empezamos a investigar y ella había regalado ropa a unos vecinos: como que empezó ella a planificar esto hace tiempo”, remató.
Indicó que “problemas de salud evidentemente tenía al dejarnos cartas a cada uno, al dejar una carta en común, evidentemente tenía un problema que nosotros no lo veíamos”.
“Si bien se estaba tratando para la depresión, ella tenía algo más”, insistió.
Añadió que “hoy en día estamos con mi papá con ACV (accidente cardio vascular) y lo está tratando una psicóloga, y nos está diciendo que el perfil de ella era el de una persona bipolar, y con algunas complicaciones más que uno no los veía”.
Afirmó que en las cartas que dejó dijo que “no la buscáramos que ella sabía dónde estaba, y que estaba el entierro pago”.
“Es lo primero; ella dijo toda la vida, es lo primero, dijo desde que empezó a pagar el entierro, que tenía el entierro pago”, sostuvo.
Cuando le preguntaron lo más duro de todo, si ella creía que esa preparación de su desaparición indicaba que estaba decidida a auto eliminarse, la señora Ceballos respondió: “Si, obviamente sí, no vamos a tapar el sol con un dedo, evidentemente ella al hacer esa carta ese día ya quería dejar claro lo que iba a hacer”.