Con el paso de las horas comienzan a develarse nuevos detalles del macabro crimen del balneario Bella Vista. La hija de la mujer peruana, mató a Silvia Sanguinetti, de 66 años, la descuartizó y luego la enterró en la playa, con la ayuda de su pareja. Todo parece indicar que el móvil del macabro crimen sería una puja por el manejo de dinero entre la madre y su hija.
Como informó FM Gente, el caso quedó aclarado anoche, cuando la jueza penal de feria, Roxana Martínez, procesó con prisión a la hija de la mujer peruana Silvia Sanguinetti de 66 años, cuyo cadáver apareció ayer trozado en cuatro partes y enterrado en una playa del balneario Bella Vista. El fiscal de feria, Jorge Passaron, pidió el procesamiento de la mujer de 43 años y su pareja, un pescador que finalmente fue remitido por el delito de secuestro, aunque nunca simularon pedir un rescate.
Si bien la mujer imputada por el homicidio niega todo, el pescador asegura que ella le inyectó un diazepam a su madre cuando estaba dormida. La droga fue diluida en agua caliente y luego aplicada vía intravenosa. Luego la ataron. La idea era tenerla con vida. Pensaron incluso llevarla a Perú, según declaró el hombre. Esto ocurrió el 2 de enero. Seis días después, cuando el pescador dice que volvió, la mujer estaba muerta, según los testimonios aportados a la policía y a la justicia.
Ninguno se hace cargo de haber trozado el cadáver en cuatro partes. "La idea era secuestrarla y pedir un rescate. Pero cuando volví estaba muerta", dijo el pescador. Su novia, la hija de la víctima, no dice nada.
La mujer asesinada tenía un inmueble en Bella Vista valuado en US$ 120.000 y otro en Lima de US$ 500.000.
La instrucción también mostró que la asesina, acompañada por el pescador, compró una sierra en una ferretería de la zona.
"La necesito para hacer una pérgola", le explicó la peruana. Eso asegura el pescador. La mujer también lo niega.
Sin embargo, existe el video de seguridad de la ferretería donde ambos se ven comprando la sierra, que ahora no aparece. "La tiré porque no le necesitaba más"; respondió la mujer en la sede judicial.
Como se ha informado, la magistrada le imputó a V.F.S.S. un delito de "homicidio especialmente agravado por ser cometido en la persona de la ascendiente y por la premeditación, y muy especialmente agravado por ser para preparar, facilitar, o consumar un delito (el secuestro) aunque este no se haya consumado".
La mujer peruana enfrenta la máxima pena prevista por el Código Penal de quince a treinta años de penitenciaría".
Asimismo, la magistrada ordenó remitir a la cárcel al pescador y novio de la procesada, Alvaro Rondan Rudzinsky, a quien le imputó un delito de secuestro.
La instrucción del presumario dejó en claro para la magistrada que ambos participaron en la muerte de la sexagenaria peruana entre el día 2 y el 5 de enero pasado.
Se determinó que la mujer, cuya causa de muerte aún no pudo ser precisada, fue descuartizada y luego colocada en el interior de varias bolsas. A unos cinco metros del lugar donde se encontraron los restos de Sanguinetti estaba enterrada una valija con varias de sus pertenencias.
El pescador se hizo cargo del traslado de los restos de la víctima hasta un lugar de la playa distante unos trescientos metros de la vivienda propiedad de la peruana. Con una pala cavó un pozo de un metro y medio para enterrarla y luego hizo lo mismo para enterrar los otros efectos. La idea era demostrar que la mujer había resuelto irse de viaje.
Según se pudo recomponer por parte de los investigadores, Silvia Sanguinetti había dejado de comunicarse con sus parientes que residen en su país natal desde el pasado 31 de diciembre. Esa situación motivó que el pasado viernes los familiares presentaran la denuncia en el consulado uruguayo en Lima. De inmediato la denuncia fue tramitada por las oficinas de Interpol. Efectivos policiales se constituyeron el pasado jueves 14 de enero en la finca de dos plantas y de propiedad horizontal ubicada a dos cuadras de la playa en el balneario Bella Vista.
La hija dio dos versiones. En una primera instancia que su madre había viajado a Maldonado en compañía de un novio. Luego, que había partido en otra dirección. Esto motivó la sospecha de los policías quienes advirtieron a la jueza de feria de la situación. Ambos fueron detenidos y puestos a disposición de la magistrada. Los dos fueron indagados tanto en sede policial como en el juzgado. Ninguno aportó elemento alguno. Al expirar el plazo de 48 horas, la jueza ordenó la libertad de ambos.
La resolución del caso se precipitó en la mañana del lunes, pues el pescador se presentó ante los oficiales de Homicidios y confesó que se había encargado de colocar el cadáver, cortado en cuatro partes, de la mujer. Luego lo llevó hasta la playa. Cavó un pozo de un metro y medio para enterrarlo. La idea era decir que la madre de su novia había partido en una dirección desconocida.
El pescador aseguró que todo se trató por dinero. La víctima se cansó de las reiteradas extracciones de dinero que su hija hizo de su cuenta. Esto disparó un conflicto entre madre e hija, que terminó con este terrible crimen.
foto: Marcelo Gallardo