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Ferreira, que dio una visión personal muy diluida sobre la marcha de la temporada debido a la coordinación que se está haciendo entre diversas reparticiones oficiales, soltó algunas cifras que permiten saber anticipadamente qué está pasando con la temporada turística.

“Al 15 de enero el puerto de Punta del Este tenía previsto realizar 44 escalas, de las 124 escalas que están previstas para esta temporada”, dijo.

Agregó que “de esas 44 se realizaron 40 escalas, cuatro fueron canceladas por mal tiempo”.

“Si hacemos una proyección con estas estadísticas que nos indican que han arribado a la bahía de Maldonado aproximadamente unas 120 mil personas, y han desembarcado en el puerto de Punta del Este aproximadamente unas 80 mil personas, estamos en un 10% por encima de lo que fue la temporada anterior”, fueron las cuentas de Ferreira.

50 DÓLARES POR TURISTA DE CRUCERO

Ferreira confirmó escuetamente que el gasto por turista de cruceros es de 50 dólares, según una cifra que divulgó la Intendencia de Maldonado en los últimos días. “En las reuniones que tenemos es la información que se maneja, pero bueno, corresponde a ellos informarlo”, volvió a atajarse.

Si al 15 de enero llegaron unos 80 mil turistas de cruceros, y cada uno gastó en promedio 50 dólares en Punta del Este, todos dejaron más de cuatro millones de dólares en gasto en estas tierras, al 15 de enero.

Ferreira se mostró elusivo al pedírsele que proporcionara cifras que permitieran interpretar lo que está pasando con la temporada de cruceros, pero en cambio soltó otros datos que consideró interesantes, y que terminan confirmando algunas tendencias.

BAJAN HASTA LAS BICICLETAS

Por límites funcionales, por autorregulación propia de lo que puede hablar, Ferreira eludió claramente comentar tipo y magnitud del gasto de los turistas de cruceros, pero contó algo que entendió pertinente hacer público, que en alguna medida muestran cómo se restringe el consumo de esas personas en tierra.

“Hay un crucero que ha aumentado las escalas, que tiene una característica muy particular, que son todos pasajeros procedentes de Alemania; vienen en vía aérea a Río de Janeiro donde toman el crucero, y visitan los puertos de Brasil, Punta del Este, Montevideo, y Buenos Aires”, explicó en un largo introito.

Agregó que “estos pasajeros en Punta del Este y Maldonado se caracterizan por hacer city tours en bicicletas”, pero el buque los transporta “trae una cantidad importante de bicicletas que se bajan en el puerto”.

“Sus pasajeros salen a recorrer este destino de esa forma”, afirmó. Cuando se le consultó si son los que viajan hasta la comida en unas vianditas azules, Ferreira respondió: “Sí, y andan en grupos por toda la ciudad”.

SEGURIDAD ASEGURADA Y NO TANTO

El jefe de puerto exhibió una presunta eficiencia en materia de seguridad al referir a los escándalos que se suscitaron a fin de año en el estacionamiento de la entidad que dirige. Jóvenes que llegaban en autos, abrían sus baúles de donde salían sonidos amplificados a grandes parlantes, y alcohol, mucho alcohol.

Esta movida causó la molestia de los residentes frente al puerto, pero Ferreira reveló que también de clientes del puerto, personas que viven el tiempo que están en Punta del Este en sus embarcaciones prendidas a las amarras.

Dijo que se hizo un trabajo específico con personal de Prefectura. “Nosotros los tenemos contratados para brindar un servicio particular dentro del puerto”. El trabajo consistió en que a cada auto que llegaba al lugar y abría el baúl con intención de proporcionar bebidas o música (ruidos), se les acercaba personal de Prefectura y les invitaba a retirarse, sin dejarles opción a nada, ni siquiera a discutirlo.

Sostuvo que el estacionamiento del puerto está en la rambla Artigas entre las calles 13 y 10, y que está previsto licitar su explotación en las próximas temporadas para que lo explote algún privado, el que deberá también correr con la seguridad del lugar para que no vuelva a pasar lo que ocurrió en diciembre.

NO JUEGUEN CON FUEGOS ARTIFICIALES

Ferreira incorporó a las incomodidades de los festejos con fuegos artificiales en las fechas de Navidad y Año Nuevo, una particular: muchos eligen la rambla para hacer sus festejos con esa pirotecnia, pero los desechos de la cohetería caen muchas veces sobre barcos amarrados al puerto.

Afirmo que hay riesgos secundarios cuando esa basura cae todavía encendida. Y dijo que uno de los problemas que tienen es la de encontrar personal que esté dispuesto a trabajar a medianoche de Navidad y Año Nuevo.

“Sabemos que la característica de nuestra sociedad hace difícil conseguir y aplicar recursos humanos justo en esos días, y a esos horarios”, advirtió, y señaló que por ello, lo que se hace es una actividad preventiva, corriendo en esas dos fechas a las embarcaciones para que queden lo más resguardadas posible.


foto: destino punta del este