El águila emblema del Graf Spee genera sombras a 75 años de su caída
Interés General 10:40

El águila emblema del Graf Spee genera sombras a 75 años de su caída

Cuando el capitán del Graf Spee, Hans Wilhelm Langsdorff, decidió el 13 de diciembre de 1939 hundir el barco como la forma más hidalga de zafar del acoso de la marina británica, no tenía ni idea de las polémicas que ese buque y sus partes arrastraría 75 años más tarde. Uno de los rescatistas del águila emblema del Graf Spee, Alfredo Etchegaray, explicó en Punta del Este en el marco de una conferencia desarrollada en el Yacht Club este fin de semana, su posición en la actual disputa por qué hacer con ella.

Etchegaray, junto a su hermano Felipe, asumieron el rescate de los restos del Graf Spee en 2006, lo que implicó que pasaban a ser socios a partes iguales en la propiedad del rescate.

Pero los agentes privados debieron asociar su mitad, también a partes iguales, con el buzo Héctor Bado, sociedad que hizo posible el rescate, y dividió lo obtenido (el águila): un cuarto para los Etchegaray, y otro para Bado. El 50% restante es propiedad del Estado.

Esta partición patrimonial del rescate fue confirmada por la Suprema Corte de Justicia. La Suprema Corte falló en octubre que “la Prefectura Nacional Naval efectuó la extracción por medio de terceros, para su enajenación por ésta y, de ese producido, pagar por la obra contratada a los actores”, los rescatistas, Alfredo y Felipe Etchegaray, y el buzo Bado.

ARRINCONADA EN UN ALMACÉN DE

El publicista y empresario Alfredo Etchegaray, quién enfrentó los riesgos del rescate con una costosa investigación y la contratación de la infraestructura. La parte práctica del rescate quedó comprendida en un acuerdo entre los Etchegaray y Bado.

Los Etchegaray reclamaron judicialmente en 2011 contra la Prefectura corporizando en esta fuerza el que el
águila sea mantenida en un oscuro almacén de la Armada uruguaya, impidiendo que se la exponga públicamente, sacándola de su ostracismo.

La justicia dictaminó en tres instancias sucesivas, primera, segunda, y casación, contra los intereses de los hermanos Etchegaray. La última de estas decisiones fue adoptada hace dos meses. Alfredo Etchegaray salió a reclamar, ahora de forma pública, que el fruto de su inversión y rescate sea expuesto públicamente.

DIVISIÓN EN LA PARTE PRIVADA

Bado, que se radicó hace años en Estados Unidos, permitió en silencio la iniciativa de los hermanos Etchegaray en defensa de los intereses del socio privado del Estado, pero el mes pasado decidió aparecer públicamente solicitando al Poder Judicial de Uruguay una medida cautelar sobre el águila del Graf Spee, procurando inmovilizar las acciones unilaterales de sus partenaires y marcando una posición distinta.

El águila rescatada fue valuada por remates Gomensoro en 15 millones de dólares. Según Alfredo Etchegaray tiene un costo difícil de ser determinado, pero él mismo ha dicho en los últimos días que ronda los 50 millones de dólares.



El imponente águila de bronce del acorazado alemán Graf Spee, dinamitado por su capitán frente a Montevideo en la Segunda Guerra Mundial, languidece desde hace varios años en un polvorín de Fusileros Navales atrás del Cerro, sin que se encuentre una solución sobre si debe ser expuesta o subastada.

Esta pieza de 2 metros de alto, 2,8 de largo y 350 kilos de peso fue extraída del mar el 10 de febrero de 2006, 67 años después del hundimiento del Graf Spee, uno de los barcos más simbólicos de la Armada nazi y que reunía las más avanzadas tecnologías disponibles en la época, expuso a Efe uno de los dueños del águila, Alfredo Echegaray.

La misión que cumplió en el conflicto que implicó a más países en la Historia fue la de perseguir buques mercantes británicos, y la llevó a cabo con éxito, pues antes de su caída hizo naufragar a nueve.

En diciembre de 1939, participó en la batalla del Río de La Plata y sufrió daños que llevaron a su capitán a tomar la decisión de atracar en Montevideo, un puerto pro-aliado donde le negaron toda la ayuda logística necesaria para subsanar sus desperfectos.

Simultáneamente, Etchegaray manifestó su disposición de denunciar al Estado ante la Suprema Corte de Justicia si no se saca el águila del ostracismo. Etchegaray reclama subastarla o exhibirla lejos. Etchegaray sabe que donde se encuentra el águila no va a producir materialmente ningún resarcimiento para su inversión inicial.

Echegaray intuye que la "pasividad" del Estado uruguayo sobre el futuro de esta pieza puede deberse a las presiones que Alemania pudo haber ejercido, dado que este ave de bronce cuenta a sus pies con una enorme esvástica.

Tras el hundimiento del Graf Spee, el 13 de diciembre de 1939, una parte de los jóvenes marineros que conformaban su tripulación volvió a Alemania y siguió combatiendo, mientras que otros se refugiaron en Argentina y un tercer contingente se quedó en Uruguay.

"Esta historia merece ser exhibida y el Estado uruguayo no puede seguir escondiéndola", clamó Echegaray en una conferencia dictada en el Yacht Club de Punta del Este.

Comentó que en caso de que se decidiera subastar este tesoro, se podría limitar el acceso a esa pugna a museos o entidades que no sean dudosas de realizar apología nazi, por si Alemania temiera por ello.

El fin de semana pasado se realizó en Punta del Este un acto de recordación de la que se ha denominado Batalla del Río de la Plata, que una semana después de iniciada la Segunda Guerra Mundial precedió al hundimiento del Graf Spee.del Graf Spee.



Producción y foto: Teresita Marzano

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