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TIRAR A MATAR. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, autorizó a la Policía y al Ejército a utilizar “fuerza letal” para defender a la población y combatir a las maras (las famosas pandillas) del país, coincidiendo con uno de los fines de semana con más asesinatos desde que llegó al poder hace casi 10 meses. “El uso de la fuerza letal está autorizado para defensa propia o de la vida de los salvadoreños”, dijo a través de su cuenta de Twitter.

Además, el mandatario confirmó que el Gobierno se hará cargo de la defensa legal de aquellas personas que “sean injustamente acusadas por defender la vida de la gente honrada”.

A pesar del confinamiento impuesto en El Salvador para frenar el coronavirus, el pequeño país centroamericano vivió el pasado viernes 24 de abril su día más sangriento desde que, hace diez meses, Nayib Bukele llegó al poder a los 37 años. La sangría de las pandillas, en forma de pulso al nuevo mandatario, se repitió el sábado y el domingo hasta llegar a los 40 homicidios en menos de 72 horas.

UN NUEVO ABUSO DE PODER

Para José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watch para las Américas, se trata de un “nuevo abuso de poder de Bukele”, decidido a “convertirse en un verdadero autócrata”, dijo a EL PAÍS. Con esta decisión, dice Vivanco, da “carta blanca” a la policía para matar pandilleros. Para Erika Guevara-Rosas, directora de Amnistía Internacional en América, las políticas de “mano dura” de gobiernos anteriores solo ha generado un contexto de graves violaciones a los derechos humanos, que incluyen reiteradas denuncias de uso excesivo de la fuerza, ejecuciones extrajudiciales o detenciones arbitrarias”, señaló a este diario. Erika Guevara-Rosas, directora de Amnistía Internacional en América, ha afirmado que la decisión de Bukele puede generar que las fuerzas de seguridad salvadoreñas comentan graves violaciones a los derechos humanos, en un país consumido por la violencia.


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